La insurgencia se aleja del diálogo con una matanza contra cristianos en Pakistán
Un atentado de la insurgencia islamista contra una iglesia en el norte de Pakistan provocó ayer al menos 78 muertos y 110 heridos, en el primer gran ataque tras la oferta del Gobierno para iniciar conversaciones.
GARA | ISLAMABAD
Dos atentados suicidas consecutivos perpetrados contra la Iglesia de Todos los Santos de Peshawar, en el norte del país, dejaron ayer al menos 78 muertos y 110 heridos, entre los que se encuentran mujeres y niños, según medios locales.
El ataque, llevado a cabo por dos kamikazes con una diferencia de 30 segundos, sorprendió a más de 500 feligreses congregados a mediodía (hora local), cuando salían del culto.
El atentado tiene una gran carga simbólica para los residentes en la ciudad, que alberga varios templos cristianos y de otras confesiones, y que representa la armonía entre diferentes religiones.
El mayor golpe a cristianos
El de ayer fue el atentado más sangriento jamás llevado a cabo contra cristianos, lo que acrecentó el temor de los fieles de esta minoría religiosa, tradicionalmente pobres y relegados a trabajos de baja categoría, cada vez más afectados por ataques.
Además, esta última acción de los islamistas es el primer gran ataque después de que una conferencia multipartita organizada por el Gobierno ofreciera la apertura de un diálogo para poner fin a la violencia.
Tras las explosiones, se produjeron protestas contra la Policía, a la que recriminaron no haber sido capaz de impedir el ataque. Los disturbios se extendieron a otras ciudades.
El primer ministro, Nawaz Sharif, se mostró «conmocionado». Afirmó que «atacar a gente inocente va contra las enseñanzas del islam y de cualquier fe».