Egoi Martínez realizó ayer el último gran entrenamiento de fondo de seis horas antes de viajar a Italia para cumplir un deseo y debutar a sus 35 años en un Mundial.

¿Qué balance realiza de una temporada diferente con su debut en el Giro y en un Mundial?

El balance, como siempre suele decir Gorka Gerrikagoitia, hay que hacerlo al final y es positivo. Fue un comienzo difícil, porque hemos tenido un invierno malísimo en la Sakana, con frío, lluvia y nieve. Ha sido muy complicado el asalto al Giro, que también fue difícil con muchísimo frío y agua, pero salí satisfecho. Hice un buen Giro, aunque no al nivel del Tour del año pasado. Pero así como si corres el Tour es difícil enderezar el año si fallas porque no hay margen desde julio, lo bueno y la oportunidad que te da el calendario de este año es que te da tiempo a descansar y preparar otro objetivo, aunque fue complicado...

¿Por qué?

Empezó con el golpe de la muerte de Rufino, mi masajista de toda mi vida. Me costó afrontar esto, que se unió con las noticias negativas del equipo, con la desaparición. Se me hizo difícil, agosto no pintaba bien y la idea de la retirada pasó al primer plano y no fue fácil enfocar la Vuelta. Pero hubo gente que me asesoró bien en la preparación y la familia me apoyó. Entendí que si la Vuelta iba a ser mi última carrera debía hacerla de la mejor manera. No dejar la bici con la cabeza baja, sin luchar. En esa línea fui a Galicia y parecía que me encontraba mejor y se juntó con las buenas noticias de que Alonso iba a comprar el equipo y eso hizo que mi actitud fuera más positiva. Se ha visto que en agosto trabajé bien, he rendido muy bien en la Vuelta y me ha llegado el premio de una carrera que siempre deseaba correr. Eso hace que el balance sea muy positivo.

Fue duro para todo Euskaltel...

Mantener el ánimo con esa atmósfera es difícil. Yo tenía 35 años y había conseguido sacar partido a mi profesión y debía pasarlo menos mal que otros corredores en edad más temprana que se encontraban en una situación más delicada. Entendí que si era, o ha sido, mi última Vuelta, no quería hacerla con la cabeza gacha y sin luchar y gracias a ese cambio de última hora y a las noticias positivas conseguimos afrontar bien la Vuelta y darle la vuelta a lo negativo que nos había afectado.

¿Qué significó subir al podio final como ganadores por equipos?

Fue bonito porque la clasificación por equipos no es como la montaña u otra secundaria, que la gana un corredor. Era la segunda vez que subía al podio, lo hice con Discovery en 2006, y es el premio al trabajo de un equipo, de todos, porque unos días luchan unos y otros otros y todos se sienten más partícipes. Subir todos juntos en Madrid fue la despedida inmejorable para un equipo precioso.

¿Creía que podía desaparecer?

Todo puede pasar, pero era difícil creerlo. Estando dentro siempre ves la posibilidad más factible. Tienes más miedo. De fuera todos lo veían como algo imposible, que seguiría adelante como fuera, pero se ha visto que a la situación actual no hay nada que se le escapa, nada imposible.

¿Qué supone para el ciclismo vasco el final del Euskaltel?

Algo grave, no hay más que ver el bien que ha hecho este equipo a la cantera vasca, tantos ciclistas que han salido y pasado a profesionales logrando cosas bonitas. La situación empeora y mucho.

¿Se ha dirigido alguien del proyecto de Fernando Alonso, por lo menos a los corredores con contrato?

No, lo que sabemos es lo que nos ha trasmitido Igor (Galdeano) que le han dicho a él, que los corredores con contrato contamos para ellos. No sé si todos o algunos. Parece que sí entramos todos y estamos con ganas de que avancen las negociaciones, se cierre todo y nos digan si cuentan con todos. A partir de ahí, los nuevos pueden hablar con nosotros. Es inútil hablar si no está cerrado. Quiero que el mayor número de corredores y auxiliares entren en el nuevo proyecto.

Con el que sí habrá hablado será con Mínguez para ir al Mundial...

Durante la Vuelta sí que hablé con Mínguez un día, luego salió la preselección y, con todo lo que rodeaba al equipo, es el año en el que menos pensaba en el Mundial. Otros tenía más esperanzas, como el pasado, en el que hice un gran Tour. Aunque desde el primer día de la Vuelta vi que estaba bien y en los últimos días he andado mucho, ni cuando entré en la preselección me hice muchas ilusiones porque había estado otras tres veces. Ha sido el año en el que menos he pensado y me llega el premio de correr una carrera tan bonita.

¿Qué espera del circuito y del Mundial del próximo domingo?

Conozco la zona porque en el Giro pasamos por ahí, hicimos el repecho al revés. Conozco el tipo de carretera y si llueve es peligrosa. Además es muy duro. Una carrera por encima de los 240 kilómetros es más dura solo por la distancia. Muy pocas personas pueden ganar una carrera por encima de ese kilometraje y si a eso sumas que das diez vueltas a un circuito que tiene una subida de 4,6 al 5,2%, que es tendido, pero un puerto, y un repecho duro de 600 metros por una carretera estrecha que hace que haya látigos buenos, más la distancia, más el nivel de la carrera, provoca que muy pocos puedan ganar.

¿Le tocará ayudar a Valverde o tienen alguna otra opción?

Me imagino que Mínguez lo dejará claro. Él ha dicho que la primera opción es Valverde, Purito la segunda y el resto trabajaremos. Tengo claro viendo los nombres que hay que trabajaré de los primeros. Conozco mis características y eso es positivo. Ver tan claro lo que tengo que hacer me tranquiliza. Hay dos opciones, que entre en la fuga y hacer trabajar a otros, que es la situación ideal, y la opción B es que no nos interese la fuga y toque trabajar por detrás. La A es más bonita e intentaré que sea esa, que me filtre por delante, pero no es fácil. Además me puede tocar estar primero en una fuga y luego trabajar por detrás. Pero de una forma u otra, tengo claro que me va a tocar trabajar.

Tras ver el circuito y la forma de los que estuvieron en la Vuelta, ¿a quiénes considera favoritos?

Valverde, Cancellara, Sagan y voy a apostar por un nombre que nadie espera que lo iba a decir, pero que creo que va a estar muy bien: Diego Ulissi.