Ésta podría ser perfectamente la cuarta parte o prolongación temporal de la famosa trilogía romántica de Richard Linklater “Amanecer”, con la pareja ya anciana regresando al París en el que tuvieron su primer breve encuentro. Lo único que falla es que en “Le Week-End” él y ella son de Birmingham, y que ambos han sido creados por el guionista Hanif Kureishi, que tanto contribuyó al renacer del cine inglés en los 80 a raíz de “Mi hermosa lavandería”. Su fructífera colaboración con Roger Michell empezó con la memorable serie de televisión “El buda de los suburbios” y continuó con las películas “The Mother” y “Venus”. En esta última ya traba el tema de la vejez con acierto y unas excelsas interpretaciones.

Se quedan en nada frente al recital que se marcan Lindsay Duncan y Jim Broadbent, en un duelo comparable a aquellas relaciones de amor-odio que protagonizaban Elizabeth Taylor y Richard Burton. Claro que en esta ocasión las disputas son el motor que reaviva el romance otoñal, junto con la magia parisina, que la cinéfila puesta en escena de Roger Michell convierte en un homenaje «comme il faut» a la nouvelle vague.

Los diálogos rezuman ironía british por los cuatro costados, pero se superan en la escena culminante de la cena organizada por el escritor americano que encarna Jeff Goldblum. En medio del snobismo que preside la reunión, los sucesivos discursos de Mister Broadbent y Miss Duncan son antológicos. A ver quién se atreve a quitarles los premios interpretativos.