Las elecciones alemanas confirmaron la previsible victoria de Angela Merkel, arrojando un resultado para la CDU aun más rotundo que el augurado por las encuestas, aproximándola a la mayoría absoluta, que al cierre de esta edición aun no estaba descartada. Tras el hundimiento de sus actuales socios de coalición, los liberales del FDP, y en el caso de que Merkel no logre esa mayoría absoluta, la alianza entre los cristianodemócratas y los socialdemócratas del SDP aparece como la opción de gobierno más probable, ya que las posibilidades de una coalición de la CDU y Los Verdes o un tripartito formado por el SPD, Los Verdes y Die Linke parecen muy remotas.

La victoria de la CDU supone una apuesta del electorado por la continuidad. En una eurozona que recientemente anunciaba su recuperación económica pero sin ninguna convicción, como demostró el hecho de mantener los tipos de interés a pesar de su anuncio, Merkel ha centrado su campaña en la situación interna del país, una situación de crecimiento tras superar la caída del pasado año, y no es de extrañar que haya evitado referirse en exceso a los asuntos de la eurozona, por temor a la reticencia de parte del electorado. Si ya antes de las elecciones casi nadie se preguntaba qué iba a cambiar tras las votaciones de ayer, hoy parece claro que nada, o muy poco. La eventual reedición de la llamada gran coalición no significaría un cambio de rumbo. La ventaja de Merkel sobre los socialdemócratas es demasiado grande como para que el SPD pueda condicionar sustancialmente la política de la CDU. A ello hay que sumarle la corta distancia entre ambos en sus políticas. Cabe recordar que las reformas que han llevado al aumento de la desigualdad social en ese país fueron puestas en vigor por los socialdemócratas.

En cuanto a la eurozona, tan dependiente de Alemania, tampoco se atisban grandes cambios. Solo está por ver cómo aborda Merkel cuestiones como el tercer rescate de grecia, la unión bancaria o el grado de exigencia de austeridad a los demás países. Los alemanes han apostado por la continuidad en Alemania y, de paso, han decidido también la de Europa.