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Gorka Muñoz Plataforma 3Mugak Batera

El vergonzoso y repugnante trato de favor a Pórtland

Pórtland utilizará un horno para la quema de residuos y la fabricación de «clinker», y en el otro fabricará magnesita. Todo un despropósito, puesto que a la contaminación inicinal habrá que sumar la producida por la nueva actividad

El Gobierno de Navarra declaró a principios de año Proyecto Sectorial de Incidencia Supramunicipal (PrSIS), el proyecto de Pórtland para incinerar residuos en Navarra. Se trata de un instrumento excepcional no empleado en ningún lugar para permitir a una cementera incinerar residuos. Además, con declaración de interés general incluido, para así mejor pisotear defi- nitivamente todas las competencias municipales y la voluntad, que tanto las poblaciones de las zonas afectadas como sus ayuntamientos, consorcios turísticos y sindicatos habían expresado.

Concedió a Pórtland una nueva autorización y los permisos ambientales en un mismo acto, algo de muy dudoso encaje legal y permitió, pese a existir sentencia en contra, que una multinacional cuyas instalaciones no cumplen con los requisitos establecidos en el Plan de Residuos de Navarra, determinase el lugar donde se incinerasen los residuos. Además, por si quedara alguna duda, firmó un convenio con Pórtland para quemar los residuos producidos «preferentemente en Navarra», que recogía también la voluntad de los firmantes de promocionar la incineración, o como les gusta llamarla, «valorización energética de residuos».

Todo ese trato especial hacia el interés privado de FCC y en detrimento del interés general es de sobra conocido, pero no lo es tanto la nueva actividad que quieren implantar en la misma zona, actividad altamente contaminante cuya realización nos convierte en punto negro en el mapa de las empresas más contaminantes del estado. Se trata de la fabricación de magnesita, la actividad que la empresa Magna desarrolla en Zubiri, una de las localidades más contaminadas de Navarra.

Y lo peor de todo es que lo quieren hacer en Olazti, en uno de los hornos de Pórtland. Así, esta empresa utilizará un horno para la quema de residuos y la fabricación de clinker, y en el otro fabricará magnesita. Todo un despropósito, puesto que a la contaminación inicial habrá que sumar la producida por la nueva actividad. Además, no vendrá acompañada de un solo puesto de trabajo, porque Pórtland, una vez obtenidas todas las autorizaciones para quemar 56.500 toneladas de basuras, neumáticos, lodos de depuradora, plásticos, etc., incluida esta última autorización (la nueva AAI que aglutina todas las anteriores pone los pelos de punta), ha continuado despidiendo a más trabajadores, y nos consta que a partir de una selección muy especial.

Todo se ha hecho con el oscurantismo al que nos tiene acostumbrados el Gobierno navarro, en el mes de agosto, sin ningún tipo de proceso participativo, ni siquiera una exposición pública del proyecto. Sólo la empresa ha realizado alegaciones para poder emitir por encima de lo permitido en un principio, por supuesto aceptadas. Las nuevas exenciones concedidas por el Gobierno de Navarra a Portland sitúan sus límites de emisión de contaminantes muy por encima de los permitidos en la autorización otorgada a Magna en Zubiri, que además debe rebajar al considerarse excesivamente altas.

Las técnicas para rebajar la contaminación, que son de aplicación en la producción de magnesita y se deben aplicar en Magna, no le serán exigidas a Pórtland por el Gobierno navarro porque considera que los costes derivados de su aplicación (3 millones de euros), son desproporcionados en comparación con su beneficio ambiental.

Y lo que esto supone es que los límites de óxido de azufre (SOx) (un contaminante que en las zonas afectadas aumenta la mortalidad de personas y animales, produce infertilidad en los campos, quema bosques y contamina aguas) autorizados a Pórtland para la fabricación de magnesita, exceden entre un 33% y un 400% los niveles de emisión asociados a las mejores técnicas disponibles( MTD), según se utilice o no el sistema de depurador húmedo para reducir las emisiones.

La capacidad de producción de Pórtland será en torno a un 35% mayor que en Magna de Zubiri. La empresa, que decía en su favor que quemaría residuos para disminuir el CO2 de Navarra, obviando claro está la emisión de otros peligrosísimos contaminantes como las dioxinas, partículas y casi otros 400 compuestos que emitirá con la quema de los residuos, pondrá en circulación por las carreteras navarras a 100.000 camiones en los cuatro años que dicen que producirán óxido de magnesio y dolomía sinterizada en Olazti, lo que conllevará un brutal aumento de emisiones de ese gas.

Pero el Gobierno navarro considera desproporcionado que la empresa que nos ha robado a todos los navarros más de 100 millones de euros con sus prácticas ilegales descubiertas por la Comisión Nacional de la Competencia, se gaste un 3% de ese dinero para proteger en lo posible a la población y los recursos de las zonas afectadas. Según el Gobierno navarro la salud de esas personas no vale esos 3 millones.

El punto negro de la industria contaminante que representa Magna en Zubiri, se va a quedar muy pequeño comparado con lo que supondrá Olazti. Porque la zona afectada, de entrada, será ya más grande por la contaminación derivada de la fabricación de magnesita en las condiciones señaladas, y se va a multiplicar por mucho debido a la contaminación por la producción de cemento y la quema de residuos.

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