Mikel INSAUSTI

Sería injusto cargarse «Unconditional» en función de su mensaje caritativo, que ha sido reivindicado por los lobbys cristianos en los Estados Unidos, los cuales siempre andan a la búsqueda de vidas ejemplares en el cine. El debutante Brent McCorkle realiza un biopic sobre Joe Bradford, más conocido como Papa Joe, un afroamericano del Sur rural que emigró a Nashville, donde se reformó a la salida de la cárcel y creó una fundación para ayudar a los niños y niñas huérfanos o abandonados de los barrios negros marginales.

Lo que podría haber sido el consabido producto lleno de buenos sentimientos pero con nulo interés cinematográfico, se convierte en manos del talentoso y prometedor Brent McCorkle (director, guionista, compositor musical y montador) en un brillante melodrama. Demuestra un muy buen gusto para la planificación, junto con un sentido muy desarrollado del equilibrio narrativo. Los constantes flash-backs nunca chirrían, gracias a lo cual los saltos en el tiempo no provocan desajustes en el relato, a pesar de que abarca desde la niñez del protagonista hasta su madurez.

La existencia de Papa Joe aparece conectada desde la infancia a la de Samantha Crawford, una escritora e ilustradora de cuentos infantiles. Esto permite introducir segmentos de animación, sin salirse de un presupuesto ínfimo, debido a que el dibujo de un gorrión tendrá una función clave dentro de una subtrama de suspense, utilizada para hablar del perdón y la redención. Ella superará sus violentos impulsos de venganza, mientras él se rehabilita y aparta del mundo delictivo a través de los trabajos sociales para la comunidad. Las anécdotas que va desgranando Papa Joe contienen la lección del amor compartido, aprendida de realidades tan duras como la carcelaria. En ese apartado destaca la de la canción country de Hank Williams que le salvó de morir linchado a manos de los reclusos blancos, gracias a que se la sabía y eso detuvo al grupo que le amenazaba. Por supuesto que abundan los momentos lacrimógenos, como todos los relativos a la diálisis, si bien no se abusa de ellos y dan paso a la lluvia final en una toma aérea.