Si la velocidad embriaga, la parsimonia amodorra
El PNV reunió ayer a miles de personas en Foronda con motivo del Alderdi Eguna, el primero desde que esa formación recuperó las llaves de Ajuria Enea. El acto se celebró según las cauces habituales y sin elementos novedosos en las intervenciones, tanto de Iñigo Urkullu como de Andoni Ortuzar. Cada uno en su papel, el lehendakari y el presidente del partido esbozaron un mismo discurso: Euskal Herria -«Euskadi»- es una nación de Europa, pero no hay prisa porque ocupe el lugar que le corresponde junto al resto de naciones europeas. «No es una carrera», argumentó el mandatario jeltzale, quien dedicó buena parte de su intervención a cargar contra la izquierda abertzale mientras defendía las virtudes de su reciente pacto con el PSE.
Por supuesto que Euskal Herria es una nación europea, lo que no es, todavía, es un estado, y no parece que el PNV esté por la labor de que lo sea en los próximos años. Los criterios expuestos por Urkullu en el Pleno de Política General para «actualizar» el estatus de la CAV, respeto a la legalidad y consenso de todas las fuerzas, y sus repetidas apelaciones a la «interdependencia», indican que la plena soberanía de la nación vasca no entra dentro de los planes inmediatos del partido jelkide. Alegó Ortuzar que no se trata de una dejación de sus principios sino solo cuestión de ritmos, asegurando que ellos siguen el suyo, ya que «la velocidad a veces embriaga». No parece que ese sea el problema de este país, sino el contrario, que la parsimonia con la que algunos pretenden conducirlo le aboquen a una modorra irresponsable en este contexto histórico.
Hubo un tiempo en que el Alderdi Eguna tenía hechura de acto importante y los discursos del presidente del PNV marcaban la actualidad política vasca durante varios días. Eran, qué duda cabe, otros tiempos. Más allá de las chanzas por el número de asistentes, la cita anual del centenario partido ha acabado convirtiéndose en un multitudinario encuentro de viejos amigos, una jornada agradable para reponer fuerzas mientras se sigue construyendo el futuro con quienes le niegan a esta nación europea su propia existencia.