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Juanjo Basterra | Periodista

Sangre roja, luchadora y combativa

La lucha es más necesaria que nunca. Las conquistas sociales y laborales solo se han logrado por esa vía. Todo lo que es y no es la clase trabajadora lo ha conseguido con sangre, sudor y lágrimas. No es fácil, sin duda. Sólo se pierde aquella lucha que se abandona. Es una de las frases que le atribuyen al revolucionario Ernesto Guevara, «Che», con la que estoy de acuerdo. Otros, antes que nosotros, y otros más vendrán después que la utilizarán, porque debemos aspirar a una sociedad más igualitaria y donde la justicia social se imponga en este planeta para construir pueblos libres y, por tanto, personas libres. Solo así lograremos una sociedad justa.

Ocurre esto en un momento en el que la patronal vuelve a sacar sus garras contra los trabajadores. Han conseguido todas las leyes a su favor, pero quieren obligarnos a arrodillarnos. No. La lucha continúa.

Este sábado estuve en Torrelavega en el Sindicato Unitario de Cantabria. Sangre roja corre por sus venas, cargadas de solidaridad, compromiso y lucha. Están renovando su estructura, pero con la garantía de los antiguos luchadores y los compromisos de los nuevos. Una tarde magnífica. Han iniciado unas jornadas para dar a conocer el sindicato, para animar a los trabajadores, porque la solución al desmoronamiento derechos laborales y sociales solo llegara de la acción. Recordaron cómo en Sniace la plantilla se opuso al despido de una parte de los trabajadores y decidió salir en conjunto. Un ejemplo que desde hace años no se producía. Tenemos que avanzar en la concienciación; de ahí llegara la fortaleza de la clase trabajadora.

Me despido con la letra de Los Bonitos del Norte, algunos de ellos son miembros de ese sindicato. Se titula «el río de los sueños»: «En todo pueblo oprimido/florece el sueño de la libertad/ cada mañana un desafío/ en cada vida una opor- tunidad. (...) Haremos que nuestros sueños/ se conviertan en derechos/ crearemos el camino/ para defender lo nuestro».

Sin duda. Haremos de la lucha nuestra manera de entender la vida para recuperar los derechos que nos roban reforma tras reforma. Me despido con una frase que repite mucho este luchador de 83 años, Periko Solabarria, conocido también en Torrelavega: «si no nos dejan soñar, no les dejemos dormir». Aurrera!

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