El diputado griego Christos Pappas, considerado el segundo al cargo de la formación ultraderechista Amanecer Dorado, se entregó ayer a las autoridades, horas después de la detención del líder del partido, Nikolaos Mihaloliakos, el portavoz Ilias Kasidiaris, otros cuatro diputados y trece miembros de la formación por su supuesta relación con la muerte del cantante y activista antifascista Pavlos Fyssas.

Pappas llegó en taxi a la sede de la Policía Nacional en Atenas, donde ante los medios de comunicación hizo un saludo nazi y entró en el edificio al grito de «No nos romperán. Larga vida a Amanecer Dorado».

Se suma así al resto de detenidos que pasaron la noche del sábado al domingo en dependencias judiciales. Mihaloliakos y los otros cuatro diputados detenidos con él comparecerán mañana ante un magistrado para responder de los cargos que se les imputan, principalmente el establecimiento de una «organización criminal». El resto de los detenidos lo hará el miércoles.

Amanecer Dorado está siendo investigado por la muerte de Fyssas, de 34 años de edad y conocido por el nombre artístico de Killah P, que murió de varias puñaladas el 17 de setiembre a manos de un hombre que trabajaba en la cafetería de las oficinas del partido.

Tanto en casa de Mihaloliakos como en la de un sargento de Policía arrestado en el mismo operativo fueron halladas armas de fuego sin licencia, armas blancas, bombas de humo y abundante munición.

Este partido, tercera fuerza parlamentaria de Grecia con 18 de los 300 escaños, ha amenazado con retirarse de la Cámara si no se pone fin a la persecución judicial contra sus miembros. Según los sondeos de opinión, el apoyo popular al partido ha caído desde el 14% al 6,7% tras la muerte de Fyssas.

Las leyes griegas establecen que no se puede desposeer de su escaño a un parlamentario a menos que haya una sentencia judicial firme en su contra, pero el Gobierno ha presentado un proyecto de ley para suspender la financiación de Amanecer Dorado en caso de encontrarse alguna relación con este hecho.

«En Grecia no hay lugar para las organizaciones criminales, aunque sea bajo la apariencia de partido político», afirmó el sábado el ministro de Orden Público, Nikos Dendias, subrayando que no se permitirá a ningún grupo «socavar las instituciones del Estado para incitar al odio racial, desafiar los derechos humanos y la perturbación de la paz social».