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Maite Soroa | msoroa@gara.net

Arnaldo al Parlament

El escándalo era mayúsculo ayer en ese bastión de las libertades que se da en llamar «El Mundo». ¿Por qué? Pues porque al parecer Arnaldo Otegi va a asesorar al Parlament catalán en su proceso hacia la independencia. Y claro, a los de Pedro J. se les acumulan las pesadillas. En la página editorial le dedicaban un punto a este tema, donde afirmaba que «la petición fue formulada por las CUP, lo que cual no es sorprendente ya que se trata de una organización independentista radical. Pero es muy grave que haya sido asumida por CiU y hasta por el PSC». Que conste que no se trata de asumir lo que diga Arnaldo, sino que pueda hacer su aportación, lo que no deja de ser un saludable ejercicio democrático. Demasiado democrático para los estándares de «El Mundo». Según el periódico de centro reformista, «al aceptarle como asesor, están concediendo autori- dad política e incluso moral a una persona condenada por terrorismo». O más bien desautorizando a quienes le condenaron. El autor del minieditorial tira del refranero español para acabar su obra: «Dime a quién escuchas como asesor y te diré quién eres». Pues por estos lares ya sabemos quiénes son los de «El Mundo» y por quiénes son asesorados. Nos conocemos.

En páginas interiores, acompañando la noticia, la inefable Victoria Prego escribía una columna en la que hablaba de «escándalo». Según esta otra demócrata de toda la vida, «en perfecta línea con el delirio que domina a los líderes catalanes, han invitado a nada menos que Arnaldo Otegi para que les ilustre con un escrito y les aporte sus reflexiones. Un terrorista que ahora mismo está en la cárcel por eso, y que ha sido condenado repetidamente por pertenecer a ETA, por colaborar con ella y por enaltecer a la banda, ha sido considerado por el Parlamento catalán una voz de autoridad para ilustrar a la Comisión de Estudios sobre este disfraz del derecho de autodeterminación que se han inventado los independentistas catalanes». Será que los grupos del Parlament, con buen criterio, no se creen las pantomimas de la Justicia española. Prego añade que «la inclusión de Otegi (...) es la prueba de hasta qué punto la clase política catalana, con las excepciones conocidas, ha perdido las referencias y los valores esenciales que se le pueden exigir a todo líder político en una democracia seria». Una democracia seria como la española, ¿no? En fin, a veces es imposible no reírse. O sonreír, porque vamos a ganar...

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