Pasados ya casi tres meses del final de nuestros Sanfermines, y con el sosiego que da el paso del tiempo, esta junta local de EA quiere hacer una reflexión sobre los mismos con mención especial al desarrollo de su acto inicial el txupinazo.

Queremos felicitar al pueblo de Iruñea por su participación activa en los actos populares, que son la esencia de nuestra fiesta. También nos felicitamos por la apertura de nuevos espacios pese a las trabas institucionales, como es el caso del jaigune de Gora Iruñea, que ha demostrado tener una gran aceptación a la vista de la masiva asistencia a sus actividades y conciertos. Entendemos que los Sanfermines han sido y deben seguir siendo populares y son los actos que surgen de la sociedad los que le dan ese sabor tan especial a las fiestas.

Nos parecen especialmente graves los episodios repetidos de violencia de género que se vienen produciendo y que este año han sucedido desde el chupinazo. Es inaceptable que una sociedad abierta y sana tolere este tipo de actos, debemos hacer una reflexión seria para cortar de raíz este tipo de actuaciones.

El txupinazo. Este 6 de julio ha tenido una imagen que todos guardamos en nuestra mente. Una gran ikurriña delante de la fachada del ayuntamiento. Su presencia, aplaudida por unos y abucheada por otros (no todos pensamos igual), provocó el desconcierto en unos y en otros el histerismo. La actitud obsesiva por parte de algunos grupos contra la ikurriña se ha reflejado en fiestas de pueblos y ha llegado también al primer pleno del nuevo curso político.

Queremos recordar que la ikurriña es mucho más que la bandera de la Comunidad Autónoma Vasca, es un símbolo querido por muchos pamploneses y pamplonesas, símbolo de libertad del conjunto del pueblo vasco, por el que gran parte de la ciudadanía navarra ha sufrido a lo largo de la historia todo tipo de represalias.

Pues bien, año tras año, no es que veamos negada su presencia en el balcón de forma oficial (cosa que no ocurre en muchas localidades de Iparralde), es que vemos como es perseguida con saña su presencia en la plaza consistorial, y como concejales y concejalas defensoras de este símbolo, son «marcados» durante el txupinazo por la policía municipal para impedir que muestren libremente al mundo que en Iruña hay representantes elegidos democráticamente que defienden el símbolo de los vascos.

Queremos denunciar este acoso al que se vieron sometidos algunos concejales y concejalas del grupo de Bildu, como la concejala de EA Eva Aranguren, por llevar la ikurriña en el pañuelo de fiestas. Asimismo, queremos denunciar las acusaciones e insultos recibidos por parte de diversos miembros de la corporación municipal a las concejalas y concejales de Bildu y mostramos nuestra solidaridad con todas las personas amenazadas a lo largo del verano y en diversas localidades por mostrar la ikurriña.

Todo esto sería evitable con un poquito de tolerancia, con actitudes realmente democráticas, no se puede negar realidades que existen porque no nos gusten. El sentimiento vasco y abertzale existe en Iruña y no está en declive precisamente, pese a quien le pese. Mientras las cosas no cambien de manera radical, mientras no se modifique la Ley de Símbolos en respeto a la diversidad identitaria que existe en Nafarroa, actos reivindicativos y totalmente pacíficos como los del día 6 de julio son expresiones que, a buen seguro, seguirán produciéndose, y que gran parte de los y las pamploneses y pamplonesas aplaudiremos.