Erneso Valverde está enfadado y Carlos Gurpegi lo entiende. Probablemente porque el capitán también lo está, a tenor de lo contundente que se mostró ayer a la hora de analizar la actuación del Athletic en sus dos últimos desplazamientos, en los que «no supo competir».

«Es normal que el míster esté enfadado y con toda la razón del mundo -aseguró-. Porque no fuimos capaces de hacer lo que él nos pide y la derrota fue merecida. Creo que en buena parte por demérito nuestro, así que es normal que esté enfadado». El principal de esos deméritos en las derrotas ante Espanyol y Granada fue que «no fuimos un equipo competitivo, no supimos competir como el partido requería». Un error especialmente doloroso porque atañe más a la actitud que a la aptitud.

Coincidía el futbolista navarro en que «podemos fallar en muchísimas cosas pero la actitud de este equipo siempre tiene que ser la mayor posible, en ese aspecto no tiene que haber ninguna duda».

El otro día, también en Cornellá, la hubo y Gurpegi cree que se acusó especialmente una vez batida la portería. «Tengo la sensación de que cuando nos meten un gol, tanto el día del Espanyol como en Granada, el equipo se deja ir y en diez minutos se nos va el partido». «Nos pasó en los dos comienzos de la segunda parte -recordó-. El día del Espanyol con el 2-1 nos vinimos abajo y tiramos el partido con el 3-1. Y el otro día después del 1-0, en otro córner fue el 2-0. Fuera de casa cuando nos pasa algo malo no sabemos sobreponernos», lamentó.

Pero es que además, en Los Cármenes el equipo dio la sensación de no saber siquiera a qué jugaba, algo igualmente doloroso. «Tanto el día del Espanyol como el del Granada sabíamos cómo iban a jugar, cómo teníamos que hacer las cosas y aún así no fuimos capaces de hacerlas bien», admitió.

«Igual fuera de casa nos falta esa iniciativa, ese tener las cosas tan claras como tenemos en San Mamés», lamentó el capitán rojiblanco, para el que el Athletic debe saber adaptarse a las condiciones del césped, a los errores arbitrales o al planteamiento del rival. «Si no podemos jugar por dentro, no podemos combinar, nos tenemos que adaptar a jugar de otra manera. Y el lunes no supimos adaptarnos a un partido de pelea, de balones largos y de segundas jugadas». Con todo, Gurpegi, que también lamentó haber dejado escapar «dos oportunidades y las oportunidades están para cogerlas», insistió en que lo más preocupante pasa por la actitud del equipo, que debe buscar siempre la victoria. Tenemos la obligación de pelear por estar arriba, por ir a los campos a intentar ganar. Después puedes perder, pero si pierdes que sea porque has intentado arriba, les has presionado arriba, no por ser un equipo timorato, que no sabe si ir o si quedarse. Si pierdes, que sea porque has ido a por el rival y has intentado llegar con mucha gente arriba, no por estar entre dos aguas, sin saber si atacar o defender. Las oportunidades hay que aprovecharlas y la sensación es que hemos desaprovechado dos».

Ekiza y Saborit, a punto

Toca probarlo con la del domingo, que además traerá a San Mamés a un rival directo como el Valencia, un choque para el que Ernesto Valverde podría contar con Borja Ekiza y Enric Saborit, que ayer se mostraron recuperados de las lesiones que les han mantenido de baja las últimas semanas. No es el caso de Mikel Balenziaga, que realizó carrera continua, y Kike Sola, que ni siquiera salió a las instalaciones exteriores de Lezama.

Valverde, por otro lado, mantuvo una larga charla con Aymeric Laporte, cuyo rendimiento parece haber ido decayendo en las últimas semanas.