Greenpeace rechaza la acusación de «piratería» de la justicia rusa
GARA | MOSCÚ
La justicia rusa inculpó por «piratería» a cinco de los 30 activistas de Greenpeace, detenidos la semana pasada tras una acción contra una plataforma petrolera en el Ártico.
La brasileña Ana Paula Alminhana Maciel, el cámara británico Kieron Bryan, el sueco-estadounidense de origen ruso Dmitri Litvinov, la finlandesa Sini Saarela y el ruso Roman Dolgov fueron imputados por «piratería en banda organizada». En Rusia, el delito de piratería puede acarrear una pena de entre 10 y 15 años de cárcel. De los 30 detenidos, cuatro son rusos y 26 extranjeros de 17 países diferentes,.
«Las inculpaciones por piratería no tienen fundamento y no se apoyan en ninguna prueba», declaró Irina Isakova, abogada de Greenpeace, que presentará una demanda contra las «acciones ilegales de los investigadores y de los órganos judiciales» Isakova afirmó que se cometieron varias irregularidades, especialmente en el momento de la detención de los militantes.
Kumi Naidoo, director ejecutivo de Greenpeace International, denunció una decisión «irracional, destinada a intimidar y a silenciar» a la organización. Además, señaló que se trata de la «amenaza más seria» contra la actividad «pacífica» de la asociación desde el caso del «Rainbow Warrior», hundido en 1985 en el puerto de Auckland (Nueva Zelanda) por los servicios secretos franceses cuando protestaba contra las pruebas nucleares en Polinesia.