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moción de confianza al gobierno italiano

Berlusconi recula a última hora ante un partido roto y Letta sobrevive

Forzado por las deserciones que se extendían en su partido, el PdL, Silvio Berlusconi dio marcha atrás en el último minuto a su estrategia de derribar al Gobierno de Enrico Letta y dio su voto favorable a la moción de confianza en el Senado. La crisis política que ha desatado Berlusconi le ha dejado un partido roto en el que ya se preparan grupos disidentes y un gobierno que en adelante contará con una mayoría más más débil.

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GARA | ROMA

Un brusco vuelco en el último momento protagonizado por Silvio Berlusconi, que inicialmente quería hacer caer el Gobierno de Enrico Letta, ha permitido al Ejecutivo italiano superar la moción de confianza y continuar gobernando. Quien ha visto mermada la confianza ha sido el propio Berlusconi, que ha roto el Pueblo de la Libertad (PdL) y comenzado lo que muchos creen el fin de su carrera política.

La moción de apoyo al Ejecutivo fue aprobada por una aplastante mayoría de 235 votos frente a 70 en contra.

La última intervención antes de la votación fue la del propio Berlusconi, que anunció, con gesto sombrío, su apoyo in extremis al «sí a Letta», con cuyo Gobierno rompió por sorpresa el pasado sábado al ordenar a cinco ministros del PdL que dimitieran.

«Hemos decidido, no sin debate interno, votar a favor de la confianza», anunció Berlusconi, al constatar que su órdago a Letta no era secundado en su partido e iba a suponer la creación de un grupo disidente y la ruptura del PdL.

El Cavaliere dijo haber sido convencido por las promesas de Letta de bajar la fiscalidad al trabajo y de introducir la posibilidad de sancionar a los magistrados que vulneren los procedimientos judiciales.

Su breve alocución fue acogida con un silencio de estupor en su propio grupo, mientras Letta le estrechó la mano en señal de agradecimiento.

La mañana fue muy agitada en el seno de la formación derechista, con un sinfín de negociaciones, tras un discurso firme de Letta que advirtió de un «riesgo fatal» para Italia en caso de que cayera su gobierno y recordó que Italia deberá asumir la presidencia de la UE en el segundo semestre de 2014. Según su entorno, Berlusconi, fue cambiando el sentido de su voto en varias ocasiones durante esas horas.

Sublevación interna

Mientras continuaba el debate en la Cámara Alta, Il Cavaliere se reunía con los senadores de su partido y anunció todavía que el PDL votaría en contra de la confianza al Gobierno. Siguiendo esa línea, el senador del PDL, Sandro Bondi, intervenía en el Senado y criticaba duramente al Ejecutivo de Letta acusando al primer ministro de usar un lenguaje «hipócrita y falso».

Fue la extensión progresiva de una sublevación interna en su partido la que le empujó a la pirueta de última hora. Hasta 23 senadores del partido y otros 10 del Grupo Autonomía y Libertad habían firmado un documento en favor del Gobierno de Letta en el que aseguraban que votarían la confianza por lo que se alcanzaría así la mayoría necesaria para salvar al Ejecutivo.

El senador del PDL Roberto Formigoni envió a los medios de comunicación el documento y anunció la creación de un grupo político, llamado «los Populares», en ruptura con el PDL de Berlusconi.

«Nuestros destinos se han separado. Es hora de poner la palabra fin a esta historia», afirmó la exministra de Educación Mariastella Gelmini, una de las que fuera más fieles correligionarias de Berlusconi. Maurizio Sacconi, uno de los firmantes del documento, afirmó que Berlusconi había tomado nota de que solo un cuarta parte del partido estaba a favor de la censura. «No somos traidores, sino pioneros que han mostrado la vía a seguir al PdL» dijo. La disidencia se organizó en torno al número dos del PdL, Angelino Alfano, que Berlusconi presentaba hasta ahora como su delfín, y que dice querer ser «berlusconiano de otra forma».

La huida hacia adelante de Berlusconi al intentar romper el gobierno está motivada por su temor a perder su cargo de senador y su inmunidad parlamentaria, tras su condena definitiva a una pena de prisión de un año por fraude fiscal.

«Il Cavaliere capitula, el PdL en el caos» titulaba el diario «La Stampa», que hablaba de «drama humano» y «debacle personal» para Berlusconi.

Mayoría exigua de Letta

Aunque sacó adelante la moción de confianza, Letta reconoció que en adelante contará con una mayoría diferente y sin duda más exigua, pero se mostró convencido de que «podremos acometer todos los objetivos fijados» en materia de rendimiento económico, inversiones, reforma electoral y reducción de la fiscalidad sobre el trabajo.

Tras conseguir el apoyo del Senado, defendió que «Italia no necesita un gobierno cualquiera, sino un gobierno en plenitud de sus funciones, con una mayoría clara que lo sustente», y dejó claro que «si no estamos en grado de dar respuestas a los italianos, no hay margen y yo soy el primero en echarme a un lado». «No debe haber más chantajes porque se ha demostrado que el gobierno no se rompe», afirmó Letta, que abandonó el estrado haciendo la señal de victoria con las manos y en medio de los aplausos de los parlamentarios del Partido Democrático (PD) y Opción Cívica, el partido de Mario Monti.

También prometió que la presidencia de la UE que asumirá Italia «estará centrada en el crecimiento y el empleo después de una década de austeridad».

Surge un nuevo grupo

Tras la votación, Bondi aseguraba que «Letta va a encontrarse con «una apariencia de gobierno. Solo ha obtenido un resultado, dividir al Pueblo de la Libertad». Fabrizio Cicchitto, hasta ahora miembro del PdL ya ha iniciado los trámites en la Cámara de Diputados para crear un nuevo grupo, que podría tener también un homólogo en el Senado. Algunos los llaman ya los «alfanianos», en referencia al secretario general del PDL, Angelino Alfano, dando así por hecho que éste romperá con su «padre» político.

Según el senador Formigoni, los disidentes son «25 en la Cámara y 25 en el Senado», si bien se mostró seguro de que en la Cámara Alta aumentarán.

Para contrarrestar esta medida, también se estarían recogiendo firmas entre los miembros del centro-derecha para dar vida a un nuevo grupo FI-PDL, integrado por el Pueblo de la Libertad y Forza Italia, el histórico partido de Berlusconi que este ha resucitado recientemente.

Según «La Repubblica», Alfano ha dicho a sus partidarios que la ruptura con Berlusconi es inevitable pero no irreparable, dado el vínculo afectivo con Il Cavaliere, y no se descartaba aún una reunión entre ambos.

segunda votación

Tras la victoria en el Senado, el Gobierno de Letta se sometió a la votación de confianza en la Cámara de Diputados y logró superarla con un total de 435 votos a favor y 162 en contra.

bolsa

La bolsa subió tras el anuncio de Berlusconi (+1,4%) antes de regresar a una progresión más moderada y acabar con una subida del 0,68 %. Aun así fue el único mercado europeo que cerró al alza.

Alfano pone fin a un sistema omnipotente digno de César

La capitulación de Silvio Berlusconi marca el fin de un sistema digno de un césar, en el que el Cavaliere era omnipotente. «Todo un mundo se hunde», titulaba «La Repubblica». El símbolo más claro de la pérdida del influencia de Berlusconi ha sido la deserción de Angelino Alfano, que le debe toda su carrera. Cuando fue ministro de Justicia, Alfano redactó las leyes que lo sacaron de muchos problemas judiciales. También aceptó sin rechistar ser apartado de la cabeza de lista electoral en febrero de 2013. Pero por primera vez, este abogado siciliano ha osado desafiar públicamente a su mentor y ha echado abajo la estrategia de Berlusconi de acabar con el gobierno de Letta. Los analistas recurrieron a analogías clásicas, desde Espartaco y la revuelta de los esclavos a Bruto matando a César. También lo calificaron como «paloma con garras de halcón». «Es increíble que Alfano, verdadera criatura berlusconiana sacrifique a su ídolo», señalaba «Il Mensagero». «Roma asiste al acto final de la historia política de Silvio Berlusconi, que por primera vez encuentra a alguien que le dice `no'», afirmaba Gianni Riotta en «La Stampa». Varios diarios no dudaban en evocar la votación del Gran Consejo fascista que depuso por un voto a Benito Mussolini en 1943.

Desde su entrada en la vida política en 1994, el magnate de los medios reinaba sin competencia en su partido, creado con cuadros de su imperio mediático, Fininvest. «No es un dirigente político, es el propietario de su partido...y de sus cuadros», señalaba recientemente un diputado de izquierdas. Siendo uno de los hombres más ricos de Italia, Berlusconi no ha escondido, por otra parte, su «generosidad» con los hombres y mujeres que le rodeaban, incluso comprando votos, según acusaciones que investigan los tribunales. Pero también desde sus tres cadenas de televisión y el diario «Il Giornale» ha sabido castigar eventuales deserciones. Aunque Berlusconi ha sido dado por muerto político en numerosas ocasiones antes de resucitar -en noviembre de 2011 dejó el poder bajo abucheos por los escándalos y una Italia al borde de la quiebra para volver de forma espectacular ganando un tercio de los votos en febrero- hoy «parece la sombra de lo que fue», según Stefano Folli, del diario «Il sole 24 ore». GARA

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