La escasez ha llevado al PNV a hacer una propuesta fiscal que se aleja de su vieja estrategia de construir un paraíso tributario y a priorizar la recaudación de las arcas públicas. Y aunque queda lejos de las reformas fiscales instauradas en Gipuzkoa, se ha aproximado en ciertos aspectos. En el acuerdo con el PSE todavía faltan muchas medidas para una fiscalidad más eficaz y equitativa, para una tributación que se corresponda con el patrimonio real de los ciudadanos, para cerrar las puertas a las múltiples operaciones de ingeniería contable que permiten, con demasiada facilidad, el robo y la elusión tributaria. El pacto fiscal que acordaron EH Bildu y PSE en Gipuzkoa fue calificado por el PNV como «un misil a la actividad económica». Ahora, su pacto con el PSE y el PP -netamente regresivo en relación al de Gipuzkoa, y que desde una posición supuestamente de progreso el PSE tendrá que aclarar- se presenta como un factor de estabilidad y bienestar. Virajes retóricos que, además de en el tema fiscal, se explican por otras implicaciones de largo alcance que no se pueden obviar.

Finalmente, el PP ha anunciado que se suma al pacto de PNV y PSE. Tras vender su impronta en el mismo -«la moderación de la subida de impuestos»-, muestra alegría al ver materializada su vieja propuesta de representar un «tres contra uno» que arrincone a EH Bildu. En todo caso, la nostalgia de una sociedad políticamente segregada, proyectando la idea de una izquierda soberanista irrelevante y sin capacidad de acuerdo no es buena consejera. Es un pobre argumento, de corto recorrido.

Urkullu prometió un gran acuerdo de país «a cuatro» que diera satisfacción a los asuntos críticos que afectan a la ciudadanía vasca, a saber, crisis, paz y marco político. Tras defraudar su promesa, ha optado por acordar con quienes no reconocen la existencia del pueblo vasco y apuestan por mantener la subordinación y la dependencia con Madrid. Más allá de la fiscalidad y de sus técnicas, el PNV se ha retratado en alta resolución. Se ha decantado. Y así, clarifica el escenario.