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«Soy optimista, el equipo a nivel interno está bastante motivado»

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Javi Gracia

Entrenador de Osasuna

El mayor logro de Javi Gracia no ha sido que el equipo comience a dar signos de reacción, sino que en muy poco tiempo ha conseguido convencer al vestuario de las bondades de su idea futbolística. El club necesita en este periodo tan convulso que le toca vivir que, al menos, el aspecto deportivo dé más de una alegría a su parroquia.

Natxo MATXIN

Sensaciones para la esperanza, pero mucho camino todavía por recorrer. Esa es la percepción en la que se mueve Javi Gracia, consciente de las limitaciones de su vestuario, pero sabedor de que sus pupilos no se van a esconder ni la hinchada les va a dejar de lado en la batalla ya anual de conseguir la permanencia. El técnico promete batalla.

Los resultados ya han comenzado a aflorar, ¿más tarde de lo que esperaba?

Uno cuando empieza siempre quiere que los resultados acompañen al trabajo desde el primer momento, pero las mejoras que entiendo se están dando en el equipo llevan su tiempo. No cabe duda que los marcadores favorables refuerzan el trabajo y el ánimo del equipo, que estaba un poco bajo. En cualquier caso, a lo largo de la temporada va a haber momentos para todo.

El equipo ha ofrecido dos primeras partes esperanzadoras ante Levante y Málaga, ¿puede confiar el aficionado en que eso va a tener continuidad?

Me gustaría mandar un mensaje optimista porque la mejora en el equipo se está produciendo a nivel ofensivo y defensivo, ambos son igual de válidos. Vamos a intentar llevar la iniciativa, siempre que el rival nos lo permita, para llegar a la portería contraria con juego combinativo y no abusando del directo.

Está claro que el rendimiento ha mejorado notablemente, pero la capacidad de la plantilla es la que es. A su juicio, ¿cuál es su techo?

Vamos a ver la competición dónde nos pone, pero nuestro objetivo debe ser competir cada partido y para ello tenemos que esforzarnos al máximo constantemente. Como veo una predisposición de la plantilla en tal sentido, eso me hace ser optimista, pero no debemos olvidarnos que seguimos en puestos de descenso y en una situación muy delicada.

Estos últimos años Osasuna ha basado sus salvaciones en la seguridad defensiva, cualidad que esta temporada está flaqueando. ¿A qué se debe?

Creo que los goles encajados se han ido reduciendo respecto a las primeras jornadas. En el último partido mantuvimos la portería a cero, algo a lo que le damos mucho valor. Hay que tener en cuenta que generamos ocasiones, pero nos cuesta materializarlas, por lo que no podemos llevar los partidos a marcadores muy amplios.

Cada vez hay menos asistencia de público y más apuros deportivos. La situación se asemeja mucho a aquella que en 1993 provocó un descenso por desgaste del club. ¿Comparte esa sensación de decaimiento en lo deportivo e institucional?

Pues yo lo veo desde la ilusión y el optimismo del recién llegado, que es lo que quiero transmitir y, además, entiendo que es para lo que me han fichado. Esto sería un mensaje muy vacío si se queda en meras palabras y no va acompañado de trabajo y buenos resultados. Me esfuerzo para que el apoyo al equipo sea cada vez más grande, aunque considero que esta afición necesita muy poco para estar animada, siempre es muy agradecida y fiel a sus colores.

¿Ha visto afectado al equipo por esta situación?

Considero que es lógico y no me parece mal que unos profesionales que han convivido durante un tiempo con un cuerpo técnico resulten afectados por los cambios. Lo que sí me parecería muy mal es que, al día siguiente, dijesen que el nuevo entrenador es el mejor del mundo y el anterior no vale para nada. Dicho esto, también tenemos que mirar hacia delante y, tratando de inculcarles lo que considero que deben mejorar, iniciar una nueva etapa. Creo que lo han entendido y soy optimista porque el equipo, a nivel interno, está bastante motivado de cara a esta temporada.

Los jugadores han ratificado que creen en lo que se hace desde su llegada, ¿qué parte hay de peloteo o de verdad en esas palabras?

Igual es que soy muy ingenuo y transparente, pero quiero creer que cuando transmiten esos mensajes, que son muy positivos para el equipo y el club, es porque creen en lo que dicen. Especialmente por tratarse de unos momentos delicados en los que se tiende a medir mucho las palabras.

Centrándonos en la competición, la mayor novedad de esta temporada es que equipos de la zona media-alta -Valencia, Málaga o Sevilla- han bajado de nivel. ¿Se puede competir con ellos, estar a su altura?

Creo que siguen marcando una zona media diferente a donde nos encontramos nosotros. Eso no significa que, dentro de nuestras posibilidades, no tengamos que ser lo más ambiciosos posible e intentar pelear contra todos de la mejor manera. Ambición, pero dentro de un cierto realismo.

Barcelona, Real Madrid y Atlético están a años luz del resto, ¿no cree que tantas diferencias desvirtúan en cierto sentido que la competición sea bastante más atractiva para el aficionado?

Si hubiese más igualdad, sería una liga más bonita, pero esto está organizado así. Mientras el tema del reparto económico no sea de otra manera, la desigualdad va a condicionar la competición, tal y como está ocurriendo. En todo caso, el dinero no lo es todo y en nuestro caso solo nos queda poner otros valores que le contrarresten.

Osasuna ha convivido muy bien estas últimas temporadas con la presión del descenso. ¿Qué efectos tiene en el jugador? ¿Qué recursos se necesitan para superar esa situación?

Es una experiencia cuanto menos positiva y una ventaja saber convivir con esos momentos de tensión respecto a otros equipos, aunque cada jugador lo lleva de una manera diferente. Ahora bien, en Osasuna contamos con otro recurso que los rivales no tienen y es nuestra afición, a la que le doy vital impor- tancia porque ha sido esencial en los últimos años para conseguir la permanencia.

Sisi comentó el lunes que, como la temporada anterior, no harán falta 40 puntos para salvarse. ¿Es de la misma opinión?

Puede ser. Estamos viendo que los grandes llegan a los 100 puntos y eso es una cantidad que se quita a los de abajo. No hay más que ver que, en ocho jornadas disputadas, quienes marcan el descenso están en seis puntos.

«El entrenador debe ser un buen gestor de recursos humanos»

Cuando todavía le daba patadas al balón, Javi Gracia ya tenía madera para dirigir, primero portando el brazalete de más de un equipo en el que ha estado, representando a sus compañeros en algunas negociaciones y luego en el banquillo. «Siempre he sido muy responsable», admite.

Los que le conocieron como jugador destacan que ya era un entrenador en potencia. ¿Qué se aprende como futbolista para ser técnico?

Considero que no es algo indispensable, pero es un valor añadido vivir la experiencia de un vestuario, para después llevarlo desde el otro lado. La verdad es que desde muy joven he sido capitán en varios equipos e incluso he representado a compañeros en negociaciones. Eso te hace madurar en otros aspectos, siempre he sido un jugador que me he considerado responsable en lo que hacía y ahora, como entrenador, sigo igual.

Orden, descaro, riesgo, organización, seguridad, mecanización... ¿Con cuál de estos valores identifica más su tipo de fútbol?

Me gustan todas esas palabras. El juego para mí es una aventura ordenada, con su parte de improvisación y su parte de responsabilidad. Lo entiendo como un todo en el que deben estar ambos aspectos.

¿Lo físico, lo táctico, lo psicológico o gestionar un vestuario con tantas individualidades? ¿Qué es lo más complicado para un preparador hoy día?

Hay que tener una base de todo, pero hay que ser un buen gestor de recursos humanos, siendo exigente al máximo y que los futbolistas lo entiendan y quieran hacerlo. Hay que convencer más que imponer, soy más de intentar explicar el porqué de las cosas que utilizar la autoridad del cargo sin más.

Todos los entrenadores se quedan con algo de los técnicos que han tenido en su etapa como futbolistas. ¿A Javi Gracia quién le ha marcado más en sus enseñanzas?

Me quedo con los que me han dado un mejor trato personal, como Mané, Pepe Moré, Portugal o Iñaki Saez, pero también he tenido otros no tan cercanos al grupo, pero que le sacaban un rendimiento terrible, como Jabo Irureta. Otros eran más analíticos, caso de Benito Floro, y quienes le daban una gran importancia a lo fisíco, hablo de Víctor Muñoz. Lo cierto es que en mi periodo como jugador ya le buscaba explicaciones a los entrenamientos, a las metodologías, me gustaba analizar todo.

Ahora que ha conocido la estructura del club por dentro, ¿se ha llevado muchas sorpresas?

Muchas de las cosas ya me las esperaba, pero no me ha dejado de sorprender la buena predisposición y ganas de toda la gente que trabaja en el club por ayudar, ves una implicación y una identificación de todos ellos que no existe en otros lugares.

No se ha cansado de repetir que era la ilusión de su vida entrenar al equipo de su ciudad. Una vez conseguido, ¿se marca la meta de dejar huella?

Más importante que ser ambicioso a nivel personal a la búsqueda del reconocimiento particular es que el club consiga los objetivos que se proponga. Mi reto es que todo el mundo -afición, plantilla y directiva- esté contento con el trabajo que realizamos y que ello se refleje en los frutos deseados. N.M.

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