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DEBATE EN EL CONGRESO ESPAÑOL

Inmovilismo firme de los unionistas ante la división de los soberanistas

La proposición no de ley sobre el derecho a decidir evidenció en el Congreso español el inmovilismo de PP y PSOE, así como las diferencias entre las vías vasca y catalana o los reproches entre fuerzas soberanistas que teóricamente comparten objetivo. Las tres formaciones abertzales votaron a favor; eso sí, tras una dura intervención del PNV contra Amaiur. Los catalanes debatieron mirando hacia el pacto del Parlament.

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Alberto PRADILLA | MADRID

El debate sobre la proposición no de ley que reivindicaba el derecho a decidir presentada por Amaiur, ERC y BNG convirtió ayer el Congreso de los Diputados en un escenario en el que se plasmaron las diferencias entre partidos y procesos soberanistas en Euskal Herria y Catalunya, y se certificó nuevamente la cerrazón de PP y PSOE, enrocados en el «no» a la autodeterminación.

Como se esperaba, el texto que defendía «respetar la convocatoria y el ejercicio de un referéndum de autodeterminación nacional sobre la constitución de un Estado independiente» tuvo el apoyo de sus promotores, así como de PNV, Geroa Bai y CiU -aunque la coalición catalana votó únicamente el primero y el tercer punto, absteniéndose en los otros tres; IU lo hizo respecto al conjunto del texto-.

El debate evolucionó hacia los reproches entre formaciones que defienden, al menos teóricamente, el derecho a decidir, mientras que los unionistas -PP, PSOE y UPyD- se limitaban a jugar el papel de observadores desde su rechazo monolítico.

En lo referente a Euskal Herria, Amaiur, PNV y Geroa Bai (que no pudo intervenir por la división de los tiempos dentro del grupo Mixto) votaron a favor. No obstante, la intervención de Emilio Olabarria estuvo centrada a partes iguales en ensalzar la trayectoria jelkide, atacar al independentismo de izquierdas y, también, defender el derecho a decidir. «A nuestro partido nadie le puede dar lecciones en materia de autodeterminación», dijo, tras realizar un repaso histórico desde 1918 a través de diferentes ocasiones en las que el PNV ha reivindicado que los vascos puedan elegir su futuro.

En concreto, hizo referencia al debate registrado en 1990 en el Parlamento de Gasteiz, dirigiéndose a Xabier Mikel Errekondo (Amaiur) para afearle la ausencia de HB en la votación de hace 23 años. Lo que no dijo el portavoz jelkide fue que la coalición abertzale abandonó la Cámara después de que no se permitiese votar punto por punto la transaccional pactada entonces por PNV, EA y EE. También miró hacia ETA, a quien acusó de haber «perturbado» la demanda de autodeterminación, al tiempo que instaba al Gobierno español a demostrar que es materializable la frase «sin violencia cualquier idea es posible».

Previamente, Errekondo había defendido la moción en nombre de Amaiur, ERC y BNG. Señaló que la Constitución española «se usa como escudo y arma para negar el derecho de las naciones sin Estado», mientras acusaba de «involución» al Gobierno español.

En Catalunya el contexto es diferente y así se percibió en el debate de ayer. Aunque CiU e ICV cargaron contra ERC por el hecho de que la proposición llegase al pleno del Congreso dos semanas después de que la mayoría del Parlament sellase un acuerdo que fijaba una hoja de ruta para llevar a Madrid la demanda de una consulta. Pero el texto llevaba tramitándose desde mayo. Por ello, CiU avaló solo los puntos 1 y 3, los relativos a la autodeterminación. «No vamos a votar distinto aquí que allí», se defendió Jordi Jané. Joan Coscubiela, de ICV, expresó su apoyo a la autodeterminación pero cuestionó el texto. «No caben iniciativas unilaterales», señaló.

Desde el lado unionista no hubo fisuras. «No estamos de acuerdo con la autodeterminación. No lo permite la Constitución», resumió Susana Sumelzo (PSOE), que se aferró al federalismo como receta única. Por el PP, Pedro Gómez de la Serna elevó el tono, dejando entrever que la reivindicación del derecho a decidir es sinónimo de violencia. «Hay proyectos políticos que tienen responsabilidad», indicó, haciendo referencia también a ETA. «Abandonen toda esperanza», proclamó dirigiéndose hacia los soberanistas vascos, catalanes y gallegos.

«violencia»

Tras intentar vincular la demanda de autodeterminación con la lucha armada, el portavoz del PP puso el foco en Catalunya para comentar que la reivindicación soberanista puede llevar «quién sabe, quizás, a la violencia».

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