El opositor CNS anuncia que no asistirá a la conferencia de Ginebra-2
El grupo opositor Consejo Nacional Sirio no acudirá a la conferencia de Ginebra-2 que preparan EEUU y Rusia para buscar una salida negociada al conflicto, poniendo otro obstáculo a la vía abierta por Washington y Moscú, y alentando la división en la fragmentada oposición.
GARA | DAMASCO
Cuando el acercamiento entre Estados Unidos y Rusia sobre el desarme químico de Siria había abierto el camino a una posible salida negociada al conflicto sirio, uno de los principales grupos de la oposición siria, el Consejo Nacional Sirio (CNS), anunció ayer que no participará en la conferencia de paz Ginebra-2 que Washington y Moscú están tratando de celebrar a mediados de noviembre.
El líder del CNS, Georges Sabra, amenazó con retirarse de la Coalición Nacional de la Revolución Siria, que agrupa a diversos grupos contrarios al Gobierno de Damasco, si alguno de sus representantes acudía a esta conferencia internacional que intenta reunir en la misma mesa al Gobierno y la oposición.
La decisión del CNS aumenta las divisiones en el seno de una oposición ya muy fragmentada y debilitada por las luchas internas de los grupos armados.
Precisamente los combates que han enfrentado a yihadistas del Estado Islámico de Irak y del Levante (ISIS), afín a Al Qaeda, con otros grupos yihadistas y con el autodenomiado Ejército de Liberación Sirio (ELS) dejaron al menos 50 muertos en Alepo el pasado sábado.
La cifra total de muertos en combates en Alepo en esa jornada se eleva a 180, incluidos civiles y soldados del Ejército, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Por otra parte, el Creciente Rojo evacuó a 1.500 civiles, la mayoría mujeres y niños de Muadaimyat al Sham, una ciudad situada al sudoeste de Dmasco que sirve de retaguardia a los rebeldes para atacar la capital y que el Ejército bombardea a diario. La labor de este organismo se enfrenta también al caos de grupos armados que operan enla guerra siria.
Secuestro contra el CICR
Así, siete miembros del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y del Creciente Rojo fueron secuestrados ayer en Idleb, en el noroeste, cuando el convoy en el que viajaban volvía hacia Damasco «llevando claramente el emblema del CICR, que no es un símbolo religoso», explicó la Cruz Roja, una de las pocas organizaciones que trabaja en las zonas controladas por la insurgencia y en las que mantiene el Gobierno.
«El CICR y el Creciente Rojo trabajan de manera infatigable para aportar asistencia humanitaria imparcial a los que más la necesitan en Siria a los dos lados de la línea del frente», afirmó Magne Barth, responsable de la delegación del CICR en Siria, que pidió «su puesta en libertad incondicional e inmediata». Por otra parte, en Damasco se produjeron dos atentados kamikaze con coches bomba que no causaron más víctimas que sus autores, según el Ministerio de Información.
El ataque se produjo en la plaza de los Omeyas, cerca del edificio de la televisión estatal siria y uno de sus periodistas indicó que solo daño un muro de hormigón en el exterior del edificio, aunque observó restos humanos, «probablemente los de un kamikaze». La explosión se produjo a unos kilómetros del hotel deonde se alojan los expertos de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas y de la ONU que participan en el desmantelamiento del arsenal químico sirio.