Walter Agredo Muñoz Comité de solidaridad con los presos políticos de Colombia
El pueblo habla, el pueblo manda, a luchar
Gritamos en nuestras consignas: «Aquí no estamos todos». Aquí faltan brazos, piernas, ideas que agranden nuestra voz de pueblo, de dignidad, de coraje y de resistencia
Los presos políticos... no pueden hablar sin permiso, silbar, sonreír, cantar, caminar rápido, ni saludar a otro preso. Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres embarazadas, parejas, mariposas, estrellas ni pájaros. Didaskó Pérez, maestro de escuela, torturado y preso por tener ideas ideológicas, recibe un domingo la visita de su hija Milay, de cinco años. La hija le trae un dibujo de pájaros. Los censores se lo rompen a la entrada de la cárcel. Al domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles. Los árboles no están prohibidos y el dibujo pasa. Didaskó le elogia la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen en las copas de los árboles, muchos pequeños círculos entre las ramas. ¿Son naranjas? ¿Qué frutas son? La niña lo hace callar: Ssssshhhh. Y en secreto le explica: bobo ¿No ves que son ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas».
Eduardo Galeano
A las personas consecuentes en ideas y en acciones, a las mujeres y a los hombres que defendiendo sus ideas y buscando hacerlas realidad viven y mueren de ser necesario... Saludo fraternal y caluroso.
En muchas ocasiones hemos tenido la sensación de estar solos en estas luchas por un mundo más justo, por la soberanía y autodeterminación de nuestros pueblos, pero hemos encontrado a hombres y mujeres que siempre han llegado y nos han hecho sentir que eso no es así, que nuestras luchas, a pesar de la distancias, son las mismas.
Hoy con preocupación vemos cómo se agrede una vez más al pueblo vasco, cómo se ataca nuevamente de manera brutal e irracional a las organizaciones sociales que vienen planteándose y pensándose una Euskal Herria soberana, donde el pueblo vasco, hombres y mujeres, decidan sus destinos, decidan su rumbo.
Hoy estamos junto a ustedes para declararle abiertamente a los sectores dominantes que ejercen el poder que nos mantenemos firmes en la idea de construir el poder popular donde el pueblo soberanamente aporte a un mundo mejor para todas y todos, que como el más hermoso de los jardines, florezca, con el esfuerzo de nuestra lucha, un mundo de justicias y garantías sociales para todas y todos.
Gritamos en nuestras consignas: «Aquí no estamos todos», y eso es una realidad. Aquí hacen falta brazos, piernas, ideas que agranden nuestra voz de pueblo, de dignidad, de coraje y de resistencia. Aquí no estamos todos porque faltan nuestros detenidos políticos: mujeres y hombres que fueron privados de la libertad por luchar por todo aquello que hoy se nos ha negado sistemáticamente. Son estos hombres y estas mujeres hoy detenidas por razones y motivos políticos en las diferentes cárceles del mundo a los que los distintos estados han intentado que se les olvide, que se vuelvan sombras sin dueño, que desaparezcan de nuestra memoria, de nuestros relatos, de nuestra vida; mujeres y hombres que hoy reclaman más que nunca no ser olvidados, mujeres hombres que no claudican ante la tortura y el golpe, mujeres y hombres ejemplo de lucha y tenacidad.
Así que hoy estamos aquí, junto a ustedes, no solo para reafirmarnos mutuamente como compañeros y compañeras de lucha, estamos aquí junto a ustedes, sobre todo, para hacer de nuestras voces una sola, tan grande y tan fuerte que se convierta incluso en la voz de los «invisibles», de los que ya no están, pero también de los que vendrán como promesa del futuro.