Derrota en Chipre
Lo que pasa cuando se prefiere ser sparring a ser adversario
Los discípulos de Sergio Scariolo fueron un juguete en las manos del PAO, que se solazó anotando 18 triples y repartiendo 31 asistencias. Por problemas de rodilla, Lamont Hamilton se quedó sin jugar.
PANATHINAIKOS 95
LABORAL KUTXA BASKONIA 74
Arnaitz GORRITI
Hay una cosa peor que perder, que es no jugar para ganar. Sergio Scariolo lo vio claro y decidió no jugar para ganar, aunque suene feo. Panathinaikos dio un clínic de cómo atacar una defensa en zona 2-3, otro de circulación de balón y un tercer clínic de lanzamiento lejano. Su rival, un tristísimo Laboral Kutxa Baskonia, solo ejerció de sparring.
Lamont Hamilton no jugó, ya que aún persisten sus molestias de rodilla. De hecho, el propio Sergio Scariolo declaraba después del partido que ve «muy difícil» el concurso del neoyorquino en el duelo de mañana ante Estudiantes. La ausencia del pívot norteamericano limitaba a ocho la rotación baskonista, otorgando de facto un lugar en esa rotación a los imberbes Van Oostrum y Diop, que hicieron lo que buenamente pudieron ante una apisonadora de rival. Panathinaikos aun y todo, pese a las ¡31! asistencias que repartió y a la innumerable cantidad de veces que lanzó sin oposición, se limitó a hacer su trabajo sin querer hacer sangre de un Laboral Kutxa Baskonia derrotado de antemano.
No hubo partido ni cuando Jelinek, uno de los más destacados entre los gasteiztarras en la jornada de ayer, adelantó al Laboral Kutxa Baskonia 0-2. No lo hubo desde la primera defensa baskonista, cuando Scariolo planteó una zona 2-3 que, en realidad, era levantar la bandera blanca. En lo que va de curso -aún muy poco, y obviamente, estas defensas colectivas tienden a ajustarse y a mejorar-, las veces en las que Scariolo ha ordenado una zona 2-3, su adversario, da igual quién, ha tenido todas las facilidades del mundo en encontrar cómodas situaciones de tiro, bien en triples, bien en mates cortando desde la línes de fondo, o con los pívots recibiendo a la altura del poste alto -la bombilla o la línea de tiros libres-. Cuando un jugador tan talentoso como obtuso como Roko Leni Ukic reparte cinco asistencias, todo queda dicho. Como todo quedó dicho con el 26-16 del primer cuarto.
El PAO hizo sus deberes en esos primeros minutos. Primero se puso en cabeza, clavando triples tras triple hasta acabar con un escandaloso 18 de 37 -y 17 de 28 en tiros de dos; es decir, un total de 35 de 65, un 54% en tiros de campo- ante una defensa en zona de su rival que a ratos daba lástima. En segundo lugar, consiguió sacar del partido a Pleiss, que acabó eliminado. El alemán no se encontró a gusto en ningún momento, y cuando se cargó de faltas, debió pasarse demasiado tiempo en el banquillo. Así, el pívot titular del Laboral Kutxa Baskonia no hallaba su ritmo de juego mientras que Diop evidenciaba que la Euroliga aún le viene grande, por mucha voluntad que le ponga.
Orgullo y pasión
Sin opciones de victoria, a los de Scariolo solo les quedaba apelar a la pasión. En ese sentido, hay que aplaudir las ganas de tres jugadores: Jelinek, Hodge y Nocioni. El base portorriqueño llegó a meterse en una pequeña refriega con Batiste en el segundo cuarto, con el choque ya decidido, mientras que a partir de la segunda mitad demostró que es una amenaza cuando mira el aro. Mientras, Jelinek se destapaba con buenos tiros lejanos, aparte de con penetraciones y hasta un mate a la contra.
Pero ayer la gloria -triste, por otro lado- fue para Nocioni. Se la ganó. Pese a saberse inferior que su rival, el de Santa Fe sacó ese carácter que él sí tiene, y desde el primer momento, hasta que el fuelle le empezó a flojear, sacó puntos, rebotes, faltas y cuanto fuese necesario para su equipo. Incluso sabiendo que no iba a valer para nada a efectos de resultado, el argentino nunca se rindió.
Con todo, el PAO se solazó a costa de los de Scariolo, hasta el punto que, cuando el marcador se estrechó al inicio del último cuarto, 77-63, no tardó en volver a escaparse. Mientras, los gasteiztarras aceptaban su destino.
Triste galardón para Andrés Nocioni. Con una valoración de 35, después de sumar 23 puntos, 12 rebotes y 3 asistencias, y de recibir 10 personales, el jugardor baskonista obtuvo el premio al jugador más valioso de la segunda jornada de la Euroliga. Poco consuelo para el Chapu.
Se temía que el jugador del Galatasaray y ex del Barcelona Nathan Jawai hubiera sufrido un infarto tras el parti do ante Olympiacos. Afortunadamente, el jugador australiano, que sigue en la UCI, padece un traumatismo cervical y se espera que se le dé de alta en los próximos días.
Pese al contundente resultado, Sergio Scariolo quiso ver el lado bueno de las cosas. «Hemos hecho cosas buenas», dijo, y añadió que «respecto al domingo, esta vez el equipo no ha bajado los brazos».
«La inferioridad física en casi todas las posiciones y la necesidad de manejar las energías y las faltas, nos ha obligado a utilizar una defensa más conservadora. La idea podía tener una opción si el porcentaje de triple del rival hubiera sido menor», explicaba.
«No podíamos desgastar a los jugadores con nuestra defensa tradicional, agresiva. Pero esta vez no hemos bajado los brazos y seguimos luchando», acabó. A. G.