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Josu Balmaseda | Responsable saliente de ESK

«ESK impulsará su acción en el eje feminista, ecologista y de clase»

Llegó al cargo de responsabilidad de ESK bajo el lema de que «nuestras vidas valen más que sus beneficios». Deja el sindicato en la IV Asamblea General del 8 de Noviembre en Atarrabia bajo el lema «Luchemos pensando en el futuro». Porque, a su juicio, «la salida no puede ser dentro modelo capitalista».

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Juanjo BASTERRA | BILBO

¿Se va del cargo de máxima responsabilidad?

No tenemos cargos. Es un reparto de tareas dentro de la ejecutiva durante cinco años. La próxima, decidirá posiblemente a quienes llevarán esa responsabilidad. La idea es avanzar en lo que empezamos hace cinco años de intentar que sea coparticipado. Entendemos que este sindicato avanza de una manera colectiva, o, desde luego, no puede depender de una estructura de liberados. Creemos que la militancia es el valor que sustenta el sindicato, es vital.

¿Qué balance hace?

Nos han tocado cinco años complicados. Hemos estado a la defensiva, cuando este sindicato se mueve mejor a la ofensiva. Pero hemos estado siempre en todos los espacios donde se ha luchado. Hemos utilizado la lucha por encima de intereses de parte, y, desde ahí, hacemos un balance positivo.

¿La crisis lo ha marcado todo?

Absolutamente. Hace cinco años dijimos que venía una buena, pero no pensamos que era tanto. El sindicato no estaba en posición de lucha contra la crisis. Hubo que reconducir todo, pasar a la defensiva y plantear movilización tras movilización. Nos ha enseñado cosas y traído a la memoria lo que hacíamos en la década de los 80.

¿Como cuáles?

El elemento de resistencia. La búsqueda de la unidad por la base, sumando luchas de comités, de comarcas, etc. Porque es una herramienta fundamental. También la solidaridad de clase. Y una lectura fundamental: que dentro del capitalismo no hay solución. Lo decíamos entonces, pero la «burbuja» nos había atrapado en su realidad.

¿Hacia dónde se encamina ESK?

Nos vamos a tener que ir defendiéndonos de todos los ataques que nos van a seguir viniendo.

¿No atacan?

Eso es. Lo que quiero decir es que estaremos engañando a los trabajadores si continuamos pensando que la salida a la crisis viene por repetir modelos en los que se ha sustentando el modelo económico y social actual en Euskal Herria. Hemos intentando hacer una relectura de la realidad, poniendo cosas que teníamos en el lateral del sindicato y llevándolas al eje central.

¿A qué se refiere?

Me explico. Para hacer un análisis de lo que ocurre debemos marcar los ejes desde una perspectiva feminista, ecológica y de clase. Deben ir juntas. Da una lectura real de la situación, que nos dice que estamos en una crisis económica, social y de cuidados. La salida de la crisis no es ver cómo funciona una de las patas, sino como a las tres les cambiamos de dirección, de sentido. Es la reflexión del sindicato en esta asamblea.

¿Quiere decir que anteponen las personas a las leyes del mercado, de la economía?

En Europa estamos viendo la punta del iceberg de una crisis sistémica que arrastramos de decenas de años. De ahí que hayamos marcado por dónde debe ir nuestra acción. Así, las personas deben ser el centro. El modelo socioeconómico debe estar al servicio de las personas. Desde la perspectiva de género se debe poner a las mujeres en pie de igualdad. Es obvio que necesitamos herramientas. Consideramos que el Marco Vasco de Relaciones Laborales y Social es fundamental para avanzar, porque por la vía actual, como se entiende desde una parte sindical y del sistema, lo único que nos queda es seguir perdiendo derechos.

¿Qué hacer?

Debemos dar un giro al sindicato, ser ecologista, de género y de clase, que nos tiene que llevar a actuar diferente. Nos llevará tiempo, pero la reflexión es avanzar en esas ideas. También en la formación entre los 5.000 afiliados que estamos en ESK.

¿Está cohesionado el sindicato?

Sí. Al texto de la asamblea se han presentado 135 enmiendas. El 92% aceptadas, y el resto se han rechazado por redacción.

¿Qué debieran hacer los gobiernos para sacarnos de este atolladero de la crisis?

Los gobiernos fortalecen al sistema económico. Tendrían que hacer una nueva lectura de la realidad y plantear unas políticas donde las personas sean la referencia. Hacer una política para la mayoría social: una lectura ecologista, feminista y de clase. Somos mayoría social. La distancia con la política se agranda. Nuestro reto es llevar a esta gente a las calles. Canalizar este malestar con quienes han gobernado siempre. Y, por lo tanto, hay que intentar llevar a la gente hacia la participación política con mayúsculas que es la que se hace en la calle, no en los parlamentos.

¿Unidad sindical y social van por buen camino?

ESK ha abanderado una manera de entender la unidad de clase. Tenemos clara la referencia y apostamos por la plataforma Gune. Tenemos la necesidad de la emancipación porque dentro de este sistema capitalista no hay solución. Necesitamos otro modelo social y económico. No compartimos lectura y salida a la crisis con otras organizaciones que hoy no están en Gune.

¿Con qué se queda de estos cinco años y qué no ha logrado?

Lo positivo es que hemos sido capaces de estar en todos los frentes de movilización y la cohesión del sindicato. Son dos logros destacados. En lo negativo: ver cómo los trabajadores estamos bastante peor y no haber conseguido dar la vuelta a la situación. También queda en el deber que no hemos conseguido la paridad en el sindicato. Fue ambiciosa esa meta, pero nos hemos quedado en un 33%.

¿Cómo hacer frente al retroceso espectacular en los convenios?

El recorte es brutal. Estamos peor que antes de las reformas. Nos debilita. Bajo nuestra opinión hacernos fuertes en elementos que controlamos, en contenidos, y no atravesar algunas lineas rojas es necesario. Proponemos la firma de un protocolo entre los sindicatos para no traspasar esas líneas. Esto nos daría fuerza colectivamente. Si los sindicatos fuéramos consecuentes se cortaría de raíz la opción empresarial.

¿Qué opina de la Carta Social?

Es un rayo de esperanza. Es una herramienta horizontal de participación, coge gran valor de lucha durante el proceso, y a posterior, con el objetivo de llegar a todos los lugares de Euskal Herria y avanzar en derechos.

 

CONVENIOS

«Estamos mucho peor en los convenios que antes de las reformas. Proponermos la firma de un protocolo entre sindicatos para no traspasar ciertas líneas rojas. Nos daría fuerza colectivamente y se cortaría de raíz la opción empresarial»

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