Izquierda Unida de Navarra, Ezker Anitza-IU, Batzarre, Equo Navarra y Equo Euskadi suscribieron ayer en Iruñea el «Manifiesto de Pamplona», una propuesta que busca una paz con memoria y una convivencia pluralista. La propuesta parte de que «la deslegitimación del uso de la violencia en democracia tiene que ser clara» y consideran que es preciso «reformar el sistema político, judicial y penitenciario de acuerdo con el respeto de los derechos humanos». A su vez, añadieron que la iniciativa llega en un momento «delicado, que exige actuar con sensibilidad, prudencia y madurez».

Los firmantes, que se consideran «el tercer espacio que no azuza el enfrentamiento y el frentismo», consideran que tienen «mucho que decir». Isabel Salud, de Ezker Anitza-IU, habló sobre «las diferencias que existen entre Euskadi y Navarra» en torno a cuestiones como identidades, lenguas o soberanía, «que cuenta con el elemento diferenciador de una violencia injusta, injustificada e inútil». Aseguró que en Euskal Herria «no ha habido una guerra», y evitó hacer equiparaciones entre víctimas de ETA y del Estado.

Por su parte, Miguel Izu, de IUN, abogó por la justicia y la reparación y, en ese sentido, remarcó que la misma «no puede ser ni amnesia, ni amnistía». Apuntó que se ha avanzado en la reparación de las víctimas, «aunque queda por hacer, ya que no todas son tratadas con la misma justicia».

Quienes apoyan el manifiesto, incidieron en que hay que cumplir con la legalidad actual, «que quienes han causado daños deben asumirlo», aunque, al mismo tiempo, defendieron que es preciso respetar los derechos de quienes están en la cárcel. «No vale todo contra los terroristas, vale lo que quepa en la ley. Hay que hacer una política penitenciario orientada a la reinserción», añadió Izu, quien criticó a quienes quieren «manipular» la situación de los presos vascos.

«Es ahoa cuando hay que fijar la calidad de la paz, de la memoria y de la convivencia», afirmó Joseba Eceolaza, integrante de Batzarre.