Anaitasuna quiere ante el Cuenca -La Catedral, 12.30- acabar con la secuencia de derrotas -tres consecutivas- que le han llevado a coquetear peligrosamente con los puestos de descenso. Inmersa en un bache de resultados, la escuadra navarra quiere cortar cuanto antes con esta mala racha para volver a mirar a la zona media-alta de la tabla en una temporada marcada por la igualdad.

Hasta la última derrota en su cancha frente al Huesca, el cuadro blanquiverde había dado una buena muestra de su potencial en propia pista, derrotando a Aragón y Juanfersa, pero desde entonces ya no ha conocido la victoria.

Intentará retomar los buenos resultados frente a un rival que está abonado al empate en lo que se lleva de competición liguera. El equipo dirigido por Zupo Ekisoain ha firmado cuatro igualadas en los seis encuentros disputados hasta ahora, dos de ellas fuera de casa, por lo que Anaitasuna ya está avisado de que se va a encontrar a un adversario que no le pierde la cara a los partidos.

El técnico local, Aitor Etxaburu, solicitó el apoyo de la afición para regresar a la senda del triunfo. Así, deseó que la gente acuda al pabellón iruindarra «mucho más motivada y mucho más mentalizada», al igual que sucede en otros escenarios donde «sufrimos unos ambientes muy difíciles de competir», mientras que en Iruñea puede dar la impresión de que «vamos a ganar antes de salir a la pista».

«Euforias y derrotismos»

En esa misma línea, el preparador eibartarra advirtió del hecho de tener «cuidado» con las expectativas que se han generado en torno al equipo, lo que puede llevar a «una especie de euforia y ocurre lo que ocurre en estos momentos», por lo que abogó por «escapar de euforias y derrotismos», mentalizando al aficionado de que «esto es muy complicado».

Por su parte, el Cuenca llega a la capital iruindarra con una baja importante, como es la del máximo realizador, Lipovina, amén de los tocados Sorrentino -problemas en el costado- y Mendoza -ciática-, además de Viscovich, que no ha podido entrenar entre semana.