ANAITASUNA 24

CUENCA 22

Después de tres derrotas consecutivas, Helvetia Anaitasuna regresó a la senda del triunfo, pero dejando serias dudas de su juego entre la parroquia blanquiverde. A los de Aitor Etxaburu les costó horrores doblegar al Cuenca, que dominó el marcador durante muchas fases del encuentro, y el final fue de infarto, con imprecisiones por ambos lados.

No parecía que el envite iba a transcurrir por esos derroteros a tenor de cómo empezó. Un Bernatonis imparable -tres goles de los cinco locales- ponía la directa para abrir una brecha considerable en el electrónico. El espejismo duró lo que le costó a los conquenses ajustar su defensa y De Hita iniciar su particular recital. Las imprecisiones de los navarros en ataque le dieron mucha vida al rival, tanta que consiguió darle la vuelta al marcador.

Del 5-1 local se pasó a un preocupante 6-7 disputados los primeros veinte minutos, que obligó a Etxaburu a solicitar su primer tiempo muerto. Las instrucciones del eibartarra sirvieron de bien poco, pues el Cuenca generó un hueco todavía mayor (7-11), gracias al gran partido del pivote Víctor Frade.

Al menos, los anfitriones pudieron enjugar parte de la desventaja, reduciéndola a dos cuando se llegó al descanso y, tras él, volver a hacerse con el mando de los números. Bernatonis recuperó el mando, pero la escuadra navarra desaprovechaba, una y otra vez, contras muy claras para finiquitar el choque definitivamente.

Tramo final incierto

Y así se llegó a un tramo final sin que se tuviera claro quién iba a llevarse los dos puntos. Tan es así, que los de Zupo Ekisoain remontaron (17-18) en el que sería su último electrónico favorable. Borragán y Chocarro, en primera instancia, y Bernatonis y Nadoveza, después, pusieron las cosas en su sitio (22-20).

El Cuenca dio su último arreón empatando a 22 y transmitiendo el pánico a la grada, pero su combustible se había agotado. Nadoveza y Reig pusieron el 24-22 final, con tres minutos por delante llenos de imprecisiones por ambos bandos.