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El FpV de Cristina Fernández retrocede, pero mantiene el control del Congreso

El Frente para la Victoria de la presidenta Cristina Fernández, mantuvo el control del Congreso en las elecciones legislativas del domingo, pero perdió en su principal bastión de la provincia de Buenos Aires, donde venció el candidato del Frente Renovador Sergio Massa.

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GARA | BUENOS AIRES

El gobernante Frente para la Victoria (FpV) se mantuvo como la primera fuerza a nivel nacional, con el 33,1 % en la Cámara de Diputados y el 32,1 % en el Senado. Este resultado le permite mantener una ajustada mayoría en ambas cámaras, pero supone un importante retroceso respecto al 54 % cosechado en las presidenciales de 2011.

Pese a haber perdido en las provincias de Buenos Aires, Mendoza, Santa Fe y Córdoba, el vicepresidente, Amado Boudou, destacó que consolidación del FpV en el Congreso «implica certezas para los 40 millones de argentinos porque vamos a seguir cuidando los puestos de trabajo, la producción nacional, porque vamos a seguir construyendo este sueño colectivo».

«Hubo resultados locales importantes, pero el Frente para la Victoria nuevamente se consolida como primera fuerza después de esta elección. Compartimos la alegría de ser la primera fuerza a nivel nacional, nuevamente somos la primera fuerza. Es una noche especial porque recordamos al hombre que refundó la Argentina», subrayó el mismo domingo.

Uno de los protagonistas principales de la jornada electoral fue el candidato del Frente Renovador y exjefe de gabinete de la presidenta, Sergio Massa, que se alzó con la victoria en la provincia de Buenos Aires, donde vive el 40 % de los 30 millones de electores argentinos.

Con el 97,34 % de los votos escrutados, logró un 43,92 %, doce puntos más que el oficialista Martín Insaurralde, alcalde de Lomas de Zamora. Con un discurso basado en la lucha contra la inseguridad, este resultado lo catapulta como uno de los presidenciables para 2015.

En su primer discurso tras el escrutinio, Massa pidió que se escuche que «la gente dio un mensaje contundente» en la jornada de votación y aseguró que «la política debe tener siempre la mano extendida al ciudadano de a pie». «Vamos al Congreso para pelear por aquellos temas que consideramos centrales para el país. Se hace imprescindible el cambio del código de procedimiento para que los chorros no entren por una fuerza y salgan por el otro», remarcó.

Por su parte, el alcalde de Buenos Aires, el conservador y acaudalado empresario Mauricio Macri, anunció que competirá por la Presidencia en 2015, después de que su partido, Propuesta Republicana se impusiera en la capital. Auguró «un fin de ciclo, no solo del kirchnerismo, sino de los que gobernaron en los últimos 30 años».

Massa, de jefe de gabinete a acérrimo opositor

Sergio Massa inició su andadura política en la extinta Unión de Centro Democrático (derecha neoliberal). Después se pasó a las filas del peronismo entusiasmado con las privatizaciones y el libre comercio de Carlos Menem (1989-1999), que aplicó a rajatabla las políticas del FMI y convirtió a Argentina en aliado estratégico de EEUU. Dirigió la oficina del seguro social bajo el Gobierno de Eduardo Duhalde (2002-2003), cargo en el que fue confirmado por el fallecido Néstor Kirchner (2003-2007). En 2008, saltó al primer plano cuando Cristina Fernández le nombró jefe de gabinete, pero fue despedido al año siguiente, pasando entonces a la oposición. 40 días antes de las primarias de agosto pasado, fundó el Frente Renovador.

En campaña, quiso enviar un fuerte mensaje con la inseguridad al reunirse con el exalcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, mentor de la «tolerancia cero» contra el delito. En un almuerzo con empresarios, afirmó que planea pedir de nuevo préstamos en el exterior, controlar las alzas salariales y privatizar el sistema de jubilaciones. También desató un fuerte debate cuando aseguró que si encontrase a uno de sus hijos fumando «marihuana, los cago a trompadas (golpeo)». GARA

«día difícil»

El gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, reconoció que el domingo fue «un día difícil» para el FpV, pero remarcó que «es una elección parlamentaria como otras tantas que pueden tener resultados que no coinciden con lo que se vota en las ejecutivas».

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