«Séptimo» y el vértigo con suspense de las desapariciones en familia
El cine argentino está burlando la crisis, con nada menos cuatro estrenos que han superado el millón de espectadores en un año. En ese club selecto está a punto de ingresar «Séptimo».
Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
En Buenos Aires un taxista le dijo a Patxi Amezcua que estuviera tranquilo, que si una película tiene a Ricardo Darín en el cartel del millón de espectadores no baja. Puede ser, pero es mucho más difícil conectar con el público argentino para un cineasta que acaba de llegar de fuera. El de Iruñea lo ha conseguido gracias al lenguaje universal del suspense.
Patxi Amezcua viene de Argentina cansado de contar a los medios cómo se le ocurrió la idea del guión de «Séptimo». Esa anécdota sobre el juego que practicaba con sus hijos cuando eran pequeños y les desafiaba a un carrera hasta el portal, con él bajando en el ascensor y ellos por las escaleras. Al llegar antes le dió tiempo a pensar en lo que sucedería si un día no aparecían, o se perdían por el camino sin dejar rastro.
Es un pensamiento que refleja el típico temor paterno, la angustia que se siente en cuanto se pierde de vista a los hijos. Supone, por tanto, un buen punto de partida para que una gran parte del público se identifique con el protagonista de la historia, un hombre desesperado que no entiende qué ha podido pasar en un trayecto vecinal tan corto.
El cineasta encontró el escenario ideal para representar ese extraño caso de desaparición doméstica en un viejo y laberíntico edificio de la calle Brasil de Buenos Aires, que cuenta con la curiosidad de poseer dos escaleras, lo que le obligó a acondicionar el guión a la localización elegida.
Siete alturas son muchas y dan para encontrar muchos sospechosos en lo que se va revelando como un secuestro. Está el portero, y hasta un policía vive en el inmueble, con lo que todo se irá complicando.
Dirección: Patxi Amezcua.
Guión: Patxi Amezcua y Alejo Flah. Intérpretes: Ricardo Darín, Belén Rueda, Luis Ziembrowski, Jorge D'Elia.
Fotografía: Lucio Bonelli.
Música: Roque Baños.
Montaje: Lucas Nolla.
País: Estado español-Argentina. 2013.
Duración: 88 minutos.
Patxi Amescua es uno de nuestros cineastas de la diáspora, y aunque estudió Periodismo en casa, en Iruñea, luego tuvo que formarse en California. Sus inicios profesionales han estado ligados al cine catalán, escribiendo los guiones de «Best Seller: El premio», «El viaje de Arián» y «Bruc. El desafío». En Barcelona se ambienta también su ópera prima «25 kilates», con la que debutaba en la realización.
Y lo hizo demostrando que es un cineasta total, con una querencia especial por el género negro. A su faceta de excelente narrador une la de director de actores, sacando lo máximo de Francesc Garrido, Aida Folch, Manuel Morón o Héctor Colomé. Le aguardaba en el horizonte Buenos Aires y su suspense. M.I.
Dirección y guión:
Ryoo Seung-wan.
Intérpretes: Ha Jung-woo, Han Suk-kyu, Ryoo Seung-bum.
País: Corea del Sur.
2013. Duración: 120 minutos.
Dirección: Rodrigo Sorogoyen. Guión: Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña.
Intérpretes: Aura Garrido y Javier Pereira.
País: Estado español. 2013.
Duración: 92 m.