Concluía ayer la Conferencia Política del PSOE con la proclama de su líder, Alfredo Pérez Rubalcaba, de que PP y PSOE no son lo mismo, lo que no supone sino una confesión evidente de que incluso en el partido existía la duda acerca de la distancia ideológica entre ambas formaciones. Otra afirmación, la de que el PSOE «ha vuelto», entraba en contradicción con la larga ovación recibida el día anterior por José Luis Rodríguez Zapatero, con cuya herencia -de la que forma parte el propio Rubalcaba- se propone romper ese PSOE que, según él, regresa.

Lo más esperado de la Conferencia, el debate sobre el liderazgo del partido, quedó solventado con el anuncio de elección del candidato a la presidencia del Gobierno mediante primarias con un diseño muy abierto, recogido en las conclusiones. No se resolvió nada en torno a las pugnas internas, pero una escenificación en la que se pretendía presentar un nuevo -o viejo- PSOE, «diferente» del PP, exigía también una imagen de unidad y armonía. El «alma republicana» que Ramón Jáuregui, coordinador de la ponencia marco, asegura que posee el PSOE se manifestaba en forma de silbidos de parte de los asistentes al apoyo a la Monarquía que el PSOE mantendrá porque no ve motivos para abandonarlo. Hubo autocrítica supuestamente, pero no se extendía ni al cambio constitucional que ese partido propició para que el pago de la deuda pública fuera «prioridad absoluta». En cuanto a la cuestión catalana, se zanjó con una palmadita en el hombro al líder del PSC, Pere Navarro. Y el nuevo ciclo de Euskal Herria no mereció ni una mención.

En definitiva, una operación de marketing vacío tras dos años en los que al PSOE le han surgido muchas contradicciones y problemas que ha tenido mucho cuidado en aparcar este fin de semana. Dos años de absoluta pasividad mientras el PP desmantelaba los servicios publicos y suprimía los derechos laborales y sociales... siguiendo la senda de recortes y reformas abierta por el PSOE. En ese contexto, y en una situación lamentable tanto de cara al exterior como internamente, ese partido necesitaba proyectar una nueva imagen para conectar con la calle. Pero tendrá que hacer mucho más.