PARIS. ­ Aicha el Wafi, la madre del ciudadano de Donibane-Lohizune Zacarías Moussaoui, acusó ayer al Gobierno francés de pasividad en el caso de su hijo, que ha sido condenado a cadena perpetua por un tribunal estadounidense por su relación con los atentados del 11-S. «Mi hijo será enterrado vivo porque Francia no ha osado contrariar a los estadounidenses, ha preferido entregar a un árabe», afirmó. «Hubiera querido que Francia dijese que debe ser juzgado por lo que ha hecho y no por lo que ha dicho», añadió. Por su parte, Patrick Baudoin, abogado del condenado, estimó que la pena es «extremadamente dura», ya que el acusado no participó directamente en los atentados, pues en aquella época estaba en la cárcel. «Si hubiera sido juzgado en Francia, la pena máxima habría sido de diez años», señaló.