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Gara > Idatzia > Mundua 2006-08-19
El primer ministro de Israel ya no ve viable su plan para «reagrupar» las colonias
El Ejército libanés toma el control de un país que llora a sus muertos
·Qana entierra a las víctimas civiles y otras villas del sur festejan la llegada de las tropas

Las víctimas del bombardeo de un edificio donde se refugiaban decenas de personas, en su mayoría niños, en la bíblica ciudad libanesa de Qana fueron enterradas ayer, mientras el primer todoterreno del Ejército libanés llegaba a la villa de Kfar Kila, el último punto del sur del país árabe que abandonó el Ejército de Israel cuando tuvo que retirarse hace más de seis años. Mientras, se sucedieron los festejos para celebrar la llegada del Ejército de Líbano en diferentes localidades, muchas de ellas decoradas con símbolos de Hizbula. En Israel, los principales responsables de la agresión militar se ven contra las cuerdas.

DONOSTIA

Ehud Olmert admitió que su plan de retirada unilateral de algunas zonas de Cisjordania quedó por el momento «detenido», después de destruir Líbano y matar a más de mil civiles sin poder acabar con la milicia de Hizbula. Según informó ayer una fuente próxima al jefe de gobierno, Olmert admitió esta semana a ministros y dirigentes de su partido, Kadima, que es «inoportuno» impulsar este plan de «reagrupamiento» ­de las colonias judías más grandes de Cisjordania, abandonando las de más difícil defensa­, y que el Gobierno israelí daría ahora prioridad a la reparación de los daños en el norte causados por los cohetes de Hizbula.

Esta fuente gubernamental estimó que actualmente hay pocas posibilidades de que la opinión pública israelí acepte este plan, después de que Israel fuera el objetivo de cohetes disparados desde dos territorios de los que el Ejército israelí se retiró: el sur de Líbano (evacuado en mayo de 2000) y la franja de Gaza (en setiembre de 2005).

El Estado Mayor israelí advirtió a los gobernantes sobre los riesgos de una retirada unilateral en Cisjordania y el ministro de Defensa, Amir Peretz, también se opuso, al pronunciarse a favor de un acuerdo previo con la Autoridad Palestina, según la misma fuente.

Según el programa de Olmert, diseñado por Ariel Sharon y gracias al cual ganó en las elecciones de marzo, el gabinete israelí quería evacuar a 70.000 israelíes que viven en colonias judías aisladas para reagruparlos en bloques de asentamientos que serían anexionados por el Estado israelí y que estarían dentro de la «barrera de seguridad» ­el internacionalmente rechazado Muro del Apartheid­ que Israel construye en Cisjordania, desoyendo las sentencias contrarias de tribunales internacionales.

Malestar generalizado

La prensa y la clase política estiman que el Gobierno ha de sacar conclusiones sobre lo ocurrido el último mes, y aplicarlas en relación al plan de Olmert. Algunos periódicos llegan a augurar una gran oleada de protestas similar a la que siguió a la guerra del Yom Kipur en 1973 contra Siria y Egipto.

Mientras los analistas echan cuentas y especulan sobre cuánto tiempo le queda al actual Ejecutivo ­el politólogo Gérald Steinberg, de la Universidad de Bar-Ilan, sólo da seis meses a Ehud Olmert como primer ministro y menos a Dan Haloutz al frente del Estado Mayor­, hay quien no excluye la posibilidad de que el Gobierno, en el actual contexto, retome alguna suerte de diálogo con palestinos y sirios, como sostiene el politólogo Yaron Ezrachi, de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

¿Hay alternativa?

Ezrachi, no obstante, también menciona factores que podrían ayudar a la supervivencia política del Gobierno, tales como la ausencia de alternativas ­«tanto en la derecha como en la izquierda»­, la certeza de que la guerra puede volver a estallar en cualquier momento y que la opinión pública israelí teme que las disputas y ajustes de cuentas internos puedan debilitar a Israel. Además, el politólogo cree que alguna iniciativa diplomática también podría salvar al equipo de Olmert.

El malestar que expresan sin disimulo quienes fueron enviados a Líbano alimenta este estado de cosas. Unos 160 soldados reservistas del Ejército israelí han acusado a sus comandantes de impedirles participar en una manifestación contra la guerra en Líbano, que calificaron de «debacle», informó el diario “Haaretz”. Los soldados aseguran que han sido utilizados como «blancos fáciles».

«He estado en el Ejército y la reserva durante 26 años y lo que ha ocurrido esta vez no fue simplemente un fiasco, fue una completa debacle. Me sentí como un soldado de plomo en un juego de los asistentes de Olmert y Peretz», aseguró al diario israelí un soldado.

Protesta de soldados

El jueves, 160 soldados firmaron una petición para formar parte en una manifestación en la que se pretendía pedir la dimisión de Olmert y de Peretz. Sin embargo, la respuesta se pospuso hasta ayer, impidiéndoles así participar en la protesta.

Los demoledores testimonios de los reservistas que durante 34 días combatieron en Líbano ponen de manifiesto graves fallos en la ofensiva, tanto a nivel logístico como en lo que se refiere a la comandancia.

El jefe del Estado Mayor, el general Dan Halutz, muy criticado por su gestión de la guerra, se pudo hacer una idea de los reproches cuando se enfrentó recientemente a las preguntas de una unidad de reservistas. Tanto Olmert como Peretz comenzaron a prepararse para una eventual comisión de investigación pública, solicitando la asistencia de expertos y abogados. Las preguntas a las que deberán responder pueden ponerles en aprietos.

«Las órdenes eran demasiado confusas. Se nos dijo que tomáramos por asalto un poblado. Las cosas salieron mal y nuestros soldados resultaron muertos. Se nos dijo entonces que saliéramos precipitadamente y probáramos suerte en otro», relató un teniente de la brigada de infantería de élite Golani.

Los reservistas revelaron que sus superiores les habían informado de que tomarían el control de una zona de seguridad de dos kilómetros de profundidad, que luego fue de ocho y, por fin, que irían hasta el río Litani. «En ningún momento estuvimos en condiciones de saber cuándo debíamos detener nuestro avance. Y de repente la guerra se acabó», denunció un paracaidista.

Mapas de hace cuatro años

Un oficial del servicio de inteligencia confió a los periodistas que los mapas aéreos puestos a su disposición por la comandancia databan de 2002 y estaban llenos de errores, en particular sobre los depósitos de armas secretos o los bastiones del Hizbula. «No sabíamos adónde íbamos cuando entrábamos a un poblado», confió un reservista, comandante de un tanque que fue alcanzado por un cohete en Bint Jbeil.



Informes de inteligencia de EEUU detallan el deterioro de Irak

NUEVAYORK

Dado que desde junio pasado han muerto más de 6.000 civiles en Irak y que los ataques contra las fuerzas estadounidenses e iraquíes son más frecuentes que nunca, líderes militares, ex altos cargos y hasta políticos nacionales que antes apoyaban la llamada «guerra contra el terror» cuestionan ahora la política bélica de George W. Bush no sólo en Irak, sino la llamada «guerra global contra el terror».

Los análisis de la inteligencia militar de EEUU detallan el deterioro de las condiciones de seguridad en Irak y advierten de que el país arriesga una guerra civil. Un funcionario del Departamento de Defensa dijo al “New York Times” que «la insurgencia ha empeorado casi todas las medidas con ataques a niveles sin prece- dente. Cuenta con mayor apoyo público, tiene mayor capacidad numérica y es más hábil para conducir la violencia». Estadísticas obtenidas por el diario demuestran que el número de ataques diarios contra las fuerzas estadounidenses e iraquíes se ha duplicado desde enero y el número de bombas en vías públicas alcanzó el total más alto en julio.

La Casa Blanca reiteró esta semana que hay «mejoras» en la situación en Irak y que el presidente no está frustrado con dicha situación. Pero un promedio de más de 110 iraquíes murieron a diario en julio, llegando a un total para ese mes de 3.439, un incremento del 9% sobre el total del mes anterior, y casi el doble del total de enero. Los reportes del Gobierno iraquí indican que por lo menos 17.776 civiles han muerto violentamente en los primeros siete meses de 2006.

Ante las cifras de muertes y la posición del Gobierno de Bush, el “New York Times” opinó en su editorial del pasado miércoles: «mientras los estadounidenses debaten dónde proceder desde aquí sobre Irak, una cosa debe quedar clara: mantener el curso actual hasta que el presidente Bush deje el puesto, no es opción». El diario concluye que el curso promovido por el presidente «ha fracasado».

¿Rebelión militar?

Para muchos políticos iraquíes, como para algunos soldados estadounidenses, «el peor temor... es que los altos funcionarios y oficiales realmente no entienden lo qué está sucediendo», reporta Tom Lasseter, del buró de Bagdad de la cadena de periódicos McClatchy. Y tal vez no quieren comprender, ya que implicaría aceptar que tal vez su proyecto ha fracasado con un costo de casi 3.000 soldados estadounidenses muertos, cerca de 20.000 heridos, decenas de miles de civiles iraquíes muertos y miles de millones de dólares desperdiciados.

Hendrik Hertzberg, columnista político de la revista “The New Yorker”, concluye que «el proyecto neoconservador de un Medio Oriente democrático y amistoso, con Israel y Palestina conviviendo en paz, es peor que una ruina carbonizada; es un infierno flameante».

Por todo esto, siete ex generales de alto rango han declarado su oposición a la política de Bush en los últimos meses, incluyendo el pedido de la renuncia de Rumsfeld. El jueves, 21 ex generales, ex diplomáticos de alto rango y ex altos cargos de seguridad nacional difundieron una carta abierta expresando su oposición al uso de la opción militar contra Irán e instaron a una negociación diplomática directa con Teherán. Además, afirmaron que la política actual de «línea dura» está socavando la seguridad de EEUU.

Siete palestinos muertos en la franja de Gaza y en Cisjordania

Dos palestinos fallecieron ayer por ataques del Ejército israelí en dos incidentes separados registrados en la franja de Gaza, según informaron fuentes de seguridad y médicas palestinas, y otros cinco en Cisjordania: tres eran milicianos de Hamas y murieron como consecuencia de una explosión accidental, y los otros dos de la Jihad, quienes fueron alcanzados por un misil lanzado por un helicóptero contra el edificio en el que se hallaban en la ciudad de Belén. -


 
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