ELA denuncia el constante descenso del peso de las rentas de trabajo en el PIB
ELA denunció ayer el constante descenso que ha registrado el peso de las rentas de trabajo en el PIB de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, algo que consideró contradictorio con el actual ciclo de crecimiento económico y de creación de empleo. Destacó que mientras la riqueza generada en la CAPV desde 1993 ha aumentado un 146% y las rentas de capital un 166,7%, la remuneración de los salariados se ha incrementado sólamente en 118,7%.
BILBO
«Casi una desvergüenza».Así definió José Elorrieta, secretario general de ELA, las palabras del lehendakari, Juan José Ibarretxe, en el sentido de que sólo dos países europeos superan en renta per cápita a la CAPV, cuando los datos de Eustat evidencian, según dijo, un constante descenso del peso de las rentas de trabajo en el PIB de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa desde 1993, año en el que empezó un ciclo de crecimiento económico y del empleo.En una comparecencia en Bilbo, Mikel Noval, responsable del gabinete de estudios de ELA, aseguró que los datos indican que la participación de las rentas de trabajo en la riqueza es cada vez menor, ya que entre 1993 y 2005 se ha producido un «fuerte y continuado descenso» al pasar del 54,7% al 48,6%. Recordó que han sido doce años consecutivos de crecimiento económico, en los que «la riqueza ha crecido mucho, pero la parte que va a parar a las rentas de trabajo ha caído de manera importante y se han perdido 6,1 puntos». «Se habla mucho de crecimiento económico y poco de distribución de la riqueza», denunció. Subrayó que «no a todos les va igual de bien en la CAPV» y explicó que mientras la riqueza generada ha aumentado un 146% desde 1993, la remuneración de los asalariados se ha incrementado sólo en un 118,7%, es decir, 27,3 puntos menos que el PIB o, lo que es lo mismo, 2,27 puntos menos de media anual.
EL 50% más
«Sin embargo, lo que si está creciendo por encima de lo que crece el PIB añadió es la parte que va a parar a las rentas empresariales y de capital, que en este período ha aumentado más de 20 puntos por encima del crecimiento del PIB, un 166,7%. Casi el 50% más que las rentas de trabajo». Estos datos evidencian, insistió, que la distribución de la riqueza es cada vez «más injusta y solidaria».Noval trasladó esta situación a cifras al señalar que si en 2005 las rentas del trabajo hubiesen tenido el mismo peso que el que tenían en 1993, éstas tendrían que haber sido 3.510 millones superiores a lo que realmente fueron, lo que supone que cada asalariado de la CAPV tendría que haber tenido el año pasado unos ingresos 4.400 euros superiores a los que tuvo. «Esos son los efectos de la desigual distribución de la riqueza y es de lo que no se habla», subrayó. José Elorrieta acusó a los responsables políticos de hacer una «utilización absolutamente sesgada de la información» y una «lectura propagandística» de los datos. Manifestó que si bien es cierto que tanto la economía como el empleo están creciendo, «deberían explicar por qué en esta situación se está perdiendo participación de los salarios en la renta. No cuadra que estemos teniendo la caída más espectacular». El líder de ELA sostuvo que la explicación a esta situación está en los elementos estructurales del mercado de trabajo: el alto nivel de precariedad, «que supera 30%»; la tasa de eventualidad del 98% en los contratos; el aumento de la contratación a tiempo parcial, la subcontratación, la externalización y las privatizaciones. Acusó a las instituciones de no querer abordar el problema de fondo, «la anomalía que supone que se produzca crecimiento económico con creación de empleo y al mismo tiempo pérdida del peso de la renta salarial» y que se explica por la existencia de «un colectivo de trabajadores que ya es determinante con salarios muy bajos».
«Sesgo de clase»
BILBO José Elorrieta, secretario general del sindicato ELA, aseguró que a quienes hacen «un análisis positivo de la situación económica les traiciona el subconsciente, están contentos porque los empresarios están bien» y comparó la situación con las reacciones de partidos, instituciones y patronales de la pasada semana para celebrar la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE respecto a la fiscalidad empresarial de las Islas Azores. Se preguntó «¿qué se celebra, que podamos tener una fiscalidad propia o que, como consecuencia de la sentencia, el Impuesto de Sociedades sea más bajo que el español?», y expresó su «enorme decepción por este sesgo tan de clase, a favor de la clase empresarial, cuando lo que habría que hacer es analizar lo que está pasando en el mercado de trabajo para que se estén dando estos datos».
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