Mucha expectación la que levantó la presencia en la ciudad de la actriz y cantante Juliette Lewis. Hoy Juliette no está tan en boga como actriz y ha decido meterse de lleno en el mundo del rock’n’roll, justo cuando éste está en su momento más álgido.

Dos días antes se colgó el cartel de ‘‘no hay entradas’’ y entre el público se veía a gente que no es habitual de los conciertos. La curiosidad y el morbo pudieron más que la propuesta musical en sí. Porque no es que fuera un mal concierto, pero el rock’n’roll de Juliette y su banda es algo muy normalito. Chicos guapos y una chica ­Juliette­ que no paró de moverse, saltando y bailando constantemente, exceptuando un medio tiempo que tocaron a mitad del concierto, ella junto a su guitarrista en clave de una balada típicamente americana que podría entrar en los cánones de la música A.O.R.

Aún así, está en nuestra perspectiva, ya que el público parecía gozar con los contorneos, los riffs de guitarra y los saltos del grupo. Da qué pensar el magnetismo que trasmite cierta gente del celuloide, aquellos que van mas allá del músico puro y duro. Casos hay muchos. Pronto visitará Bilbao otro que no para de salir en los tabloides ingleses...

Antes de terminar debemos mencionar la actuación del dúo procedente de Amsterdam Zzz, el secreto mejor guardado del subsuelo holandés. Un batería y un órgano, de ahí hacia adelante trituran a bandas como Suicide y The Cramps para crear ambientes de baile sincopado y melodías psicodélicas. -

Gotzon URIBE