MADRID
Alfredo Pérez Rubalcaba, en nombre del Gobierno español, y José Blanco, en representación del PSOE, coincidieron ayer en considerar «roto» el proceso hacia la resolución del conflicto político, y en achacar a la organización armada la única responsabilidad de esa ruptura. El ministro de Interior compareció ante la prensa para trasladar la información «técnica» proporcionada por la Policía española y la Guardia Civil acerca de la explosión del sábado, y no fue hasta el turno de preguntas cuando hizo una valoración política de la situación que ha dejado el atentado de Madrid. Requerido por los periodistas, manifestó que «evidentemente, el proceso de paz está roto, está liquidado».
«Quiere el señor Astarloa que digamos si el proceso de paz se ha roto. Bien, evidentemente se ha roto. Se ha liquidado y, evidentemente, está acabado», respondió Rubalcaba cuando le preguntaron por el requerimiento efectuado horas antes por el secretario de Libertades Públicas del PP, Ignacio Astarloa, para que Rodríguez Zapatero hiciera una «declaración formal» de ruptura del proceso. Tras hacer esta afirmación, el ministro abogó por «trabajar juntos para poner fin a la violencia», y defendió la vigencia del «Pacto Antiterrorista».
«No hemos cambiado las leyes»
«La voluntad del Gobierno, lógicamente, es compartir estrategias, aunque es evidente que la política antiterrorista tiene algunos elementos que no se han modificado», explicó Rubalcaba, añadiendo que «no hemos cambiado las leyes, no hemos cambiado la política penitenciaria, no hemos cambiado la actuación policial, que sigue desde el primer día con la guardia alta, y no hemos cambiado la cooperación con Francia, que sigue viento en popa».Respecto a las afirmaciones realizadas por el presidente español el mismo día del atentado, el titular de Interior sostuvo que «no hay ninguna variación sustancial» respecto de sus palabras, e insistió en que «el proceso de paz es un proceso de diálogo, y si éste no se puede producir porque no hay condiciones, sencillamente no hay diálogo y no hay proceso». Y cuando, antes de finalizar su alocución, le preguntaron si considera «insalvable» el proceso, respondió: «Este, sí».
Por la mañana, la Comisión Permanente del PSOE se reunió para hacer valoración de la situación. Al término del encuentro, José Blanco repitió lo manifestado por él mismo al día siguiente del atentado, y señaló que «con violencia no hay diálogo, y sin diálogo no hay proceso». Tras decir esto, apuntó que «el proceso, porque así lo ha querido ETA, está roto».
El secretario de Organización del PSOE, en unos términos calcados a los utilizados horas después por el ministro de Interior, declaró también que «es hora de la firmeza democrática, de la confianza y de los instrumentos del Estado de Derecho», y anunció que el Ejecutivo de Zapatero buscará «iniciativas compartidas» con los grupos del Congreso español.
Al igual que Rubalcaba, Blanco se jactó de no haber realizado ningún movimiento en los últimos meses transcurridos desde que ETA decretara el alto el fuego, y señaló que «si algo ha quedado claro después del grave atentado de Barajas es que no hubo rendición ni cesión alguna».
Asimismo, el dirigente del PSOE se refirió a Batasuna, y tras afirmar que «las cuestiones relativas al futuro político del País Vasco» sólo pueden ser tratadas entre las «fuerzas democráticas y legalmente reconocidas», señaló que la formación abertzale «no es ninguna de las dos cosas».
Todas estas declaraciones, en cualquier caso, no saciaron al PP, y desde este partido insistieron en que sea el propio Zapatero, y no Rubalcaba, quien comparezca para dar por roto el proceso. Fuentes de la formación liderada por Mariano Rajoy sostuvieron también que las palabras del ministro de Interior «desautorizan» las de su presidente.
Antes de que se produjera la intervención de Rubalcaba, Ignacio Astarloa ofreció una rueda de prensa para exigir al Gobierno español un paquete de medidas políticas y jurídicas «para evidenciar con hechos que se vuelve a la política antiterrorista que se practicaba hace dos años y medio». Entre esas medidas, Astarloa reclamó que se impida a Batasuna presentarse a las próximas elecciones municipales, que «se acabe con la normalización» de su actividad política y que el PSOE se comprometa a que no va a participar nunca «en la mesa de negociación política que le exige ETA».
También la presidenta del PP en la CAV, María San Gil, instó al Ejecutivo de Zapatero a que «vuelva de una vez por todas a las políticas antiterroristas eficaces» aplicadas por su partido.
Por otra parte, el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, anunció que la Fiscalía valorará si emprende alguna actuación contra Arnaldo Otegi por la rueda de prensa ofrecida el sábado. La AVT presentó ayer una querella contra el mahaikide.
GARA
MADRIL
Alfredo Perez Rubalcaba, Barne ministro espainola, Kongresuko talde guztiekin bilduko da heldu den asteartetik aurrera, Barajaseko aireportuan gertatutako leherketak utzi duen egoera politikoa jorratzeko. Legebiltzar espainoleko iturriek atzo adierazi zutenez, bilerak astearte goizean hasiko ditu Rubacabak, eta PPko ordezkariekin egingo du lehena. Alde horretatik, iturri berek nabarmendu zuten alderdi horretako eledun Eduardo Zaplanak «ia egunero» hitz egin duela ministroarekin atentatua gertatu zenetik.
Elkarrizketa errondako bigarren taldea CiU izango da, astearte goizean bertan bilduko baitira, eta bere atzetik joango dira ERC, EAJ eta IUko ordezkariak, Agusti Cerd, Josu Erkoreka eta Gaspar Llamazares, hurrenez hurren. Asteazkenean Talde Mistoa osatzen duten EA, Nafarroa Bai, BNG, eta Chunta Aragonesistarekin bilduko da Rubalcaba. Joan den larunbatean, Rodriguez Zapaterok iragarri zuen Barne ministroa alderdiekin bilduko zela informazioa emateko.
