La reunión mantenida entre los expertos financieros de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) y los de la Asociación de Equipos de Fórmula Uno (FOTA) terminó sin acuerdo, al no tener los segundos una propuesta para discutir la normativa financiera del año 2010.

En esa tesitura, la FIA remitió un comunicado en el que subrayaba que el Reglamento Financiero publicado, que limita el presupuesto de los equipos a 47 millones de euros para la próxima temporada 2010 y que es el caballo de batalla de toda esta polémica, continúa en vigor.

Según la FIA, el objetivo de la FOTA es «hacerse con el control de la reglamentación de la Fórmula Uno y también con los derechos comerciales del campeonato. Y esos son dos objetivos que la FIA no puede aceptar».

En su nota, la Federación Internacional recuerda que «todos los intentos por limitar los gastos con restricciones técnicas han fracasado. Eso es exactamente lo que ocurre en el mundo real y es la única forma válida para que la Fórmula Uno siga adelante. Sin innovación técnica, la Fórmula Uno morirá. Pero sin limitar los costes, la Fórmula Uno perderá a sus equipos».

La otra versión

Obviamente, las cosas se ven de otra manera desde el otro lado de la barrera. El presidente de Ferrari y de la FOTA, Luca Cordero de Montezemolo, aseguró ayer no entender por qué se quiere «arruinar así esta Fórmula Uno. Hemos puesto las condiciones claras para participar en el campeonato y nuestra posición no ha cambiado», aseguró.

Ferrari lidera al grupo de escuderías que amenaza con no participar en el Mundial del año que viene. «Desde el Consejo de Administración -de Ferrari- de principios de mayo nuestra posición no ha cambiado, pero no creo que sea útil continuar con las polémicas», apostilló Montezemolo.