El Ibex se hundió ayer otro 2,18%, para terminar en los 9.114,90 puntos, su nuevo mínimo anual. Detrás de esta caída se encuentran la elevada prima de riesgo del Estado español, que se paseó por encima de los 400 puntos básicos, y la posibilidad de que el rescate del Estado español sea ya una variable a considerar dentro de la Comisión Europea de proseguir el encarecimiento de la financiación. Por tanto, el rescate del Estado español ya no suena a broma, pese al desmentido ofrecido ayer por Bruselas. Los analistas, aunque lo ven lejano, recuerdan que todos los rescates anteriores han venido precedidos de desmentidos rotundos desde los gobiernos implicados y las autoridades europeas. Además, al otro lado del Atlántico, quedó el sabor amargo del frágil acuerdo para elevar el techo de gasto y la sensación de que la recuperación de EEUU está echando el freno. Así las cosas, el correctivo por la crisis de la deuda periférica, que ayer se agudizó también en Italia, castigó a todas las plazas europeas. Milán, el peor, se despeñó un 2,53%, Fráncfort, un 2,26%, y París, un 1,82%. La lista de retrocesos porcentuales se abría con Sacyr (-6,36%), Gamesa (-6,26%) y Técnicas Reunidas (-5,51%). Los pesos pesados también fueron vapuleados. Santander, BBVA y Repsol, que cayeron más de un 2%, registraron las mayores caídas. Sólo Gas Natural (+0,22%) esquivó el temporal vendedor. En París, Danone (+0,69%) fue el único ganador. Peugeot, Renault y Schneider, que bajaron más del 4%, encabezaron las pérdidas, mientras que Crédit Agricole (-3,45%) fue el peor de las entidades financieras.