GARA > Idatzia > Mundua

Una filtración en EEUU enturbia más el proceso de sucesión en el PC chino

A dos semanas de que el PCCh formalice el relevo en la cúpula del poder, la publicación por parte de un diario estadounidense de un informe sobre la fortuna amasada por el entorno del primer ministro, el reformista Wen Jiabao, es todo menos casualidad. Al margen de la más que probable veracidad de los datos, su filtración responde a un interés por trabar aún más un proceso que está siendo muy tortuoso.

p020_f01_148x112.jpg

GARA | NUEVA YORK-BEIJING

«The New York Times» cifra la fortuna del entorno del primer ministro en al menos 2.700 millones de dólares y asegura que se habría forjado en paralelo al ascenso de Wen Jiabao en el poder, sobre todo desde 1998, cuando fue nombrado viceprimer ministro, y 2003, cuando ascendió a número dos en la nomenklatura china.

Gran parte de esa riqueza estaría EN manos de su mujer, Zhang Beili. Conocida como «la reina de los diamantes», comenzó en el negocio de las piedras preciosas, sector estrictamente regulado por el Estado, en la década de los 90, cuando trabajaba en el Ministerio de Geología.

Tras la privatización del sector, Zhang se hizo con el control de la mayoría de las empresas del ramo. «Después de que Wen se convirtiera en primer ministro, su mujer se deshizo de algunas de sus inversiones y se dirigió a otros sectores» como el financiero, asegura el diario. Ocurre que la fortuna de Zhang es un hecho archisabido. Pero el informe va más allá.

De una familia «pobre».

Apodado como «el abuelo Wen», el primer ministro insiste en recordar sus orígenes modestos y en cultivar su imagen de «hombre del pueblo».

La madre de Wen, Yang Zhiyun, era maestra. Su padre, ya fallecido, cuidó cerdos durante las campañas maoistas de regreso al campo. Actualmente, con 90 años, su madre «no solo ha salido de la pobreza, sino que se ha convertido en indiscutiblemente rica», señala el diario, que cita una inversión por 120 millones de dólares en una sociedad de servicios financieros. En cuanto al hijo único del primer ministro, Wen Yunsong, «el principito», se habría enriquecido con la venta de su empresa de tecnología en Hong Kong.

La lista se completa con el hermano del primer ministro, que posee una empresa de recogida de residuos y habría conseguido 30 millones de dólares en contratos estatales; y con Duan Weihong, íntima de la esposa de Wen y directora de Taihong, una compañía que gestionaría las acciones de su entorno.

Sospechas

El diario neoyorkino asume que ninguna ley prohíbe a los entornos más cercanos a los altos cargos hacer negocios, pero apunta a que «los negocios de la familia Wen están tan escondidos que parece que quieren evitar el escrutinio público». Reconoce asimismo que el primer ministro ha mostrado en varias ocasiones su disconformidad con los negocios de su familia y amigos, aunque añaden que «nunca ha tomado ninguna medida efectiva para evitarlo. El único movimiento que cita el diario en este sentido es un cable estadounidense filtrado por Wikileaks en el que se aseguraba que Wen estaba pensando en divorciarse de su mujer por explotar su relación para hacer negocios.

El diario recuerda cómo en 2007, Wen declaró en una reunión del partido que los dirigentes «deben velar estrictamente porque su entorno más próximo no abuse de su influencia».

Un exmiembro del Gobierno chino cercano a Wen justificó que «en la élite no hay ninguna familia que no tenga los mismos problemas» y coligió que el artículo sería obra de «sus enemigos, que están intentando dañarle intencionadamente». La corrupción y el enriquecimiento en el seno de sectores de la nomenklatura china es un hecho reconocido y publicado. En junio, la agencia financiera Bloomberg publicó una investigación que atribuía una fortuna de cientos de millones de dólares a Xi Jinping, quien en noviembre sucederá en la presidencia china a Hu Jintao, cuyo hijo murió recientemente al volante de un ferrari valorado en más de 600.000 euros.

Nada es casual en todo esto. Ni por los protagonistas de affaire ni por el momento elegido.

El «neomaoísta» Bo Xilai se queda sin inmunidad parlamentaria

La Asamblea Nacional Popular china (ANP) anunció ayer la destitución del exdirigente caído en desgracia Bo Xilai como diputado, una decisión que supone la pérdida de su inmunidad penal y que allana el camino para que se le imputen cargos criminales en un proceso judicial que se anunció ayer mismo. La decisión, tras un plenario del Parlamento de cuatro días, fue justificada en que Bo, ex secretario general del (PCCh) en la ciudad de Chongqing (centro), «abusó de su poder, cometió graves errores (también en sus cargos anteriores, que se remontan a cuando fue alcalde de la ciudad de Dalian -noreste- a finales de los 90) y tuvo gran responsabilidad en los incidentes de Wang Lijun y su esposa, Gu Kailai».

Esta última fue condenada a la pena capital -conmutable por cadena perpetua- por la muerte del empresario y miembro del servicio secreto británico Neil Heywood. Wang Lijun, jefe de Policía de Chongqing y número dos de Bo, destapó el escándalo tras refugiarse sin éxito en la embajada de EEUU. Fue condenado a quince años de cárcel.

La ANP acusó ayer a Bo por delitos económicos, lo que podría acarrearle la pena de muerte, ya que la corrupción a gran escala es castigada con la máxima pena en China.

De nada ha servido la carta pública que medio millar de universitarios y antiguos dirigentes del partido enclavados en el sector «neomaoísta» en el que se adscribe a Bo pedían al presidente de la ANP y número tres del país, Wu Bangguo, no formalizara su expulsión. No se descarta que Bo, expulsado del partido, sea juzgado antes del XVII Congreso. GARA

ira y censura

Pekín aseguró que la información «mancha» el nombre de China u «obedece a motivos ocultos». La web del diario y la búsqueda de información sobre el tema en Sina Weibo, el Twitter chino, fueron censuradas.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo