Bush ensalza al presidente golpista de Pakistán
El inquilino de la Casa Blanca, George W. Bush, concluyó su visita a Asia alabando al presidente golpista de Pakistán, Pervez Musharraf, y renovando la «alianza antiterrorista» entre ambos, porque «queda mucho que hacer para vencer a Al Qaeda». Bush declinó, no obstante, la petición de la potencia atómica musulmana para firmar un acuerdo similar al que ha rubricado estos días con India en materia nuclear.
ISLAMABAD
El inquilino de la Casa Blanca, George W. Bush, no escatimó elogios al general y presidente golpista paquistaní, Pervez Musharraf, en su visita a Pakistán, rodeada de impresionantes medidas represivas y de seguridad y con la que cierra su gira por Asia.«Parte de mi misión hoy era determinar si el presidente (Musharraf) sigue comprometido como lo ha estado en el pasado a llevar a los terroristas hasta la justicia, y sí lo está», indicó Bush en una rueda de prensa conjunta. «El entiende los pasos, él entiende la responsabilidad y entiende la necesidad de asegurarnos de que nuestra estrategia pueda derrotar al enemigo», añadió. Tras alabar a un golpista que «tomó tras el 11-S la valiente decisión de combatir el terrorismo», Bush reconoció, no obstante, que «queda mucho por hacer para vencer a Al Qaeda». El Gobierno paquistaní coadyuvó a la victoria talibán en Afganistán en 1995 pero, tras los ataques a las Torres Gemelas y al Pentágono, se alineó oficialmente con EEUU, otorgando apoyo logístico a sus planes. Esta opción ha granjeado a Islamabad, de un lado, la masiva oposición popular. No obstante, su «compromiso expreso» con Washington no le ha ahorrado críticas desde Occidente por la tibieza, cuando no «doble juego», de Pakistán en sus relaciones con los derrocados talibán. Bush renovó ayer su «asociación estratégica» en este campo con el Pakistán de Musharraf, que le recibió el viernes con una enorme pancarta en el aeropuerto de Islamabad con el lema «Presidente George W. Bush, amigo de Pakistán». El mensaje contrastó con las masivas manifestaciones de protesta por la visita de presidente estadounidense en prácticamente todas las ciudades y pueblos del país. Previendo una segunda jornada de protestas, la Policía paquistaní blindó gran parte de la capital y practicó decenas de detenciones «preventivas» entre militantes de las organizaciones opositoras al régimen, islamistas y de izquierda.
Potencia nuclear
Volviendo a la comparecencia de ambos presidentes, Bush siguió elogiando a Musharraf por «sus esfuerzos en la lucha contra la proliferación nuclear». Pakistán es, junto con Israel e India, uno de los países con arsenal atómico no firmantes del Tratado de No Proliferación. El padre de la bomba paquistaní, el científico Abdul Qadeer Khan, ha sido acusado en círculos occidentales de hacer negocios con Libia, Corea del Norte e Irán, los dos últimos eternos miembros del «eje del mal» de Bush. Pese a ese reconocimiento, Bush descartó firmar con Pakistán un acuerdo nuclear similar al que ha rubricado en su anterior visita a India. También zanjó con un «trabajamos en ello» la petición de Pakistán de un tratado bilateral que abriría la puerta a un futuro acuerdo de libre comercio.Finalmente, Bush constató el «fuerte compromiso» de Musharraf de celebrar elecciones «abiertas y honestas» en 2007. El candidato será el propio Musharraf, que concentra en sus manos la Presidencia y la jefatura del Ejército. Musharraf lideró en octubre de 1999 un golpe de Estado contra el entonces presidente, Mohammad Nawaz Sharif.
Críticas internas al acuerdo nuclear con India
A su regreso, Bush encara una lucha en el Congreso para hacer que ratifique el acuerdo por el que Washington permite a India mantener su potencial nuclear a cambio de jugosos contratos con EEUU. La oposición demócrata, e incluso algunos republicanos, consideran que es un premio a India pese a que no haya firmado el TNP y que puede dar aún mayor impulso a la proliferación nuclear. -
Combates en la zona pastún fronteriza
MIRAN SHAH Fuentes oficiales cifraron en 25 los muertos en enfrentamientos entre el Ejército paquistaní y los pobladores en la zona tribal fronteriza con Afganistán. El Gobierno de Islamabad aseguró que militantes islamistas atacaron con lanzagranadas varias bases militares donde se esconden los soldados en venganza por la muerte el pasado miércoles, en vísperas de la llegada de Bush, de 45 personas en un bombardeo. El Gobierno de Islamabad aseguró que el objetivo del ataque fue una base de Al Qaeda e incluyó entre los muertos a un «comandante checheno». El dirigente local Maulvi Abdul Jaliq denunció la muerte de inocentes y llamó a la venganza. Cientos de hombres fuertemente armados y procedentes de las madrasas (escuelas coránicas), ocuparon la aldea de Miran Shah y se prepararon para la ofensiva, lo que forzó a huir a cientos de vecinos. La zona tribal, de mayoría pastún, al igual que los talibán afganos, comprende los distritos sur y norte de Waziristán y ha sido independiente de facto hasta la invasión de Afganistán, en otoño de 2001.
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