«Revivi lo ocurrido hace treinta años»
Andoni Txasko, portavoz de la Asociación de Víctimas del 3 de Marzo, fue el viernes noche brutalmente golpeado, detenido y «humillado, como no hicieron hace ahora treinta años».
Andoni Txasko es la cara más conocida de la Asociación de Víctimas del 3 de Marzo. Ayer se cumplían 30 años de la grave agresión sufrida a manos de la entonces Policía Armada, cuando participaba en la protesta por la masacre del día anterior en Gasteiz, que le dejaría importantes secuelas físicas. Y también ahora se ha llevado una gran paliza física pero, sobre todo, el recuerdo de un trato «más humillante y vergonzoso que el de hace 30 años».GARA habló con él nada más quedar libre ayer. Cuando la Ertzaintza arremetió contra la manifestación del viernes en la Plaza Bilbao, Andoni Txasko optó, debido a su importante falta de visión, por quedarse quieto. Enseguida, los ertzainas se ensañaron con él. «Primero me dan golpes con las porras y un pelotazo en el abdomen. Y de repente, veo que se me abalanza un ertzaina con la intención de darme con la culata de su lanzapelotas. Estaba muy cerca, porque si no ni siquiera le veo, y en un reflejo para defenderme le agarro el arma». En un momento le llovieron patadas, culatazos, porrazos... cuyo resultado se recoge en un parte médico: rotura de hueso nasal, innumerables hematomas, entre ellos uno de 10x10 centímetros en el abdomen. A lo que se une haber revivido los sucesos de aquel 3 de marzo de 1976 de un modo inesperado. Horas después de su detención, el portavoz de la Asociación de Víctimas, cuando era trasladado de la comisaría de Lakua al hospital de Txagorritxu sintió que había dado un salto hacia atrás en el tiempo, al oír que los ertzainas utilizaban para sus comunicaciones por radio los mismos alias que las fuerzas policiales que ocasionaron la masacre de 1976: «Charly y J». Aunque lo que recuerda con más dolor de esta experiencia es la actitud que tuvieron con él los ertzainas: «no sólo me apalearon, como la Policía Armada de Fraga, sino que me detuvieron, me mantuvieron esposado con las manos a la espalda, y me trataron con absoluto desprecio, incluso en el tiempo que estuve en el hospital».
Una detención de película
Aitor Fernández de Ortega también acudió a la manifestación, pero fue golpeado y detenido tras finalizar. Cuenta que hacia las 21.00, a la altura de la plaza de Abastos, vio gente correr y, en un gesto reflejo, él también empezó a correr, hasta que llegó un coche patrulla de la Ertzaintza que casi lo atropella, y cuyos componentes le golpearon repetidamente. Incluso, a pesar de que había numerosos testigos, llegaron a apuntar a su pierna con una pistola mientras se reían.Aitor tiene golpes por todo su cuerpo, que explica que recibió en la detención, en el interior del coche, e incluso en la celda de la comisaría de Lakua.
|