NAZARET
Centenares de cristianos y árabes israelíes se manifestaron ayer por las calles de Nazaret (norte de Israel) en protesta por el ataque perpetrado el viernes por tres judíos contra la Basílica de la Anunciación.
La marcha transcurrió sin incidentes y, pese a tener el permiso de las autoridades, una gran cantidad de efectivos policiales esperaban acantonados en las afueras de la ciudad. Según datos policiales, en la protesta participaron varios centenares de personas, entre ellos autoridades y fieles cristianos, además de varios dirigentes de la comunidad árabe.
La Policía israelí se apresuró a desligar el ataque del extremismo judío e insistió en que Haim Eliahu Habibi, junto con su esposa y su hija los autores del ataque, padecía problemas siquiátricos y económicos.
Sin embargo, el incidente ha aumentado la tensión entre la mayoría judía y las minorías árabe y católica en Israel. Boulos Rececinto Marcuzzio, obispo de la Iglesia Católica en Nazaret, indicó que el ataque del viernes y las manifestaciones anticristianas del año pasado son motivo de preocupación. «Lo que ha ocurrido es suficientemente fuerte para hacernos pensar que tenemos que pedir protección legal», indicó.
Tampoco convence la versión oficial al primer ministro palestino Ismail Haniye, quien responsabilizó al Gobierno de Israel del ataque. Esa agresión, según Haniye, «es parte de la cultura del odio de Israel contra los lugares santos del Islam y el Cristianismo».