DONOSTIA
El altiplano chino que abarca a la provincia de Qinghai y la región del Tibet registró este invierno las temperaturas más altas conocidas, con 4 ó 5 grados más en algunas zonas, según informó la agencia Xinhua. Los meteorólogos de todo el mundo observan dicho altiplano, conocido como “el techo del mundo”, porque se considera que puede acusar el comienzo del cambio climático. De hecho, en la mayor parte de esta zona se registraron como mínimo dos grados más de media durante el pasado invierno.
Este aumento de temperaturas se empieza a notar en todo el planeta. Así, algunas especies vegetales exóticas que necesitan menos agua como el tomillo o la jara están sustituyendo a la encina en el ecosistema mediterráneo, según los 34 expertos que esta semana han participado en el seminario “Cambio climático: claves para entender su impacto en los ecosistemas”.
Explicaron que el calentamiento global hace que la cantidad de agua que transpiran las encinas sea mayor que las lluvias que caen, una situación que se agudiza en temporadas de sequía. Por contra, en las laderas del macizo de Montseny, en Catalunya, la encina se está haciendo más común en las faldas de la montaña al necesitar los eucaliptos y los robles autóctonos temperaturas más bajas para sobrevivir.
«No podrán adaptarse»
El investigador del CSIC Fernando Valladares comentó que «esta es una dinámica natural, pero se está acelerando debido al cambio climático», y auguró que muchas especies de animales y de plantas «no podrán adaptarse a estos cambios tan rápidos».Destacó que los anfibios y los reptiles se verán doblemente perjudicados, porque, además de los cambios en su ecosistema, la fragmentación de su hábitat que producen las infraestructuras realizadas por el ser humano, les impedirá huir hacia zonas más frescas.
El experto añadió que las aves serían las otras grandes perjudicadas, ya que se verán obligadas a emigrar a las zonas situadas más al norte, lo que influirá en la alimentación de sus crías, que nacerán más débiles.