BIDASOA-IRUN 30
GUMMERSBACH 26
IRUN
El Bidasoa-Irun superó al Gummersbach pero no alcanzó la suficiente ventaja para superar el 35-26 de la ida. Los amarillos hicieron vibrar por momentos a la grada de Artaleku pero se marcharon a casa con una sensación más agria que dulce. Dulce porque pusieron en aprietos a un histórico que le cuadriplica en presupuesto. Y agria porque quedaron eliminados de la EHF.El Bidasoa salió a la cancha atenazado por la trascendencia del choque. La defensa funcionó desde el principio y en la segunda parte llegó a ser de equipo poderoso. El ataque sin embargo tardó más de diez minutos en carburar. El Gummersbach superó en los primeros compases con su defensa al Bidasoa. Los alemanes hicieron un fortín en torno a Ege con envergadura, colocación y agresividad.
Stankovic y Stojanovic que suelen ser los jugadores más resolutivos acumularon cuatro pérdidas de balón tontas. Julián Ruiz les sentó y una primera línea alternativa formada por Arrieta en la derecha, Tioumentsev en el centro y el titular Nilsson desatascó el espesor ofensivo y el equipo asumió la iniciativa del partido. A pesar de que fallaron dos contras claras marcharon al descanso con un gol de ventaja.
Los primeros quince minutos del Bidasoa en la segunda mitad fueron espectaculares. El orden defensivo sumado a la intensidad ofensiva les llevó a los seis goles de ventaja. Daba gusto ver cómo circulaba el balón esa primera línea alternativa que encontraba buenas culminaciones en la segunda línea. Artaleku se venía abajo, el Bidasoa arriba y el Gummersbach sufría. El Bidasoa había tardado en coger el pulso al partido pero su paciencia le ponía en posición de atacar y anular al rival.
Cuando más posible parecía el milagro llegaron varias desgracias que resultaron definitivas. Los árbitros frenaron el despegue irundarra señalando dos penaltis dudosos. El fuerte ritmo amarillo pedía agilizar las rotaciones en primera línea pero Julián Ruiz tardó demasiado en mover ficha. El Gummersbach se puso a tres antes de la jugada clave del partido.
Cartón quiso frenar la salida del balón rival, chocó con un alemán y los árbitros no dudaron en expulsarle. La decisión fue rigurosa y paralizó durante unos minutos la ofensiva irundarra. Ruiz había criticado la actuación de los árbitros en la ida y ayer tampoco ayudaron. Durante la primera parte fueron algo caseros, lo normal en Europa, pero en los momentos decisivos pitaron a favor del grande. El Bidasoa tuvo arrestos para reponerse y ganar con cuatro goles de ventaja. Rozaron la hazaña ante un rival con muchas horas de vuelo.
J.M.P.
IRUN
Al término del partido, Julián Ruiz hizo una valoración positiva del rendimiento de su equipo en la eliminatoria. «Desde que conocimos el rival sabíamos que iba a ser muy difícil y yo del cómputo general estoy muy orgulloso de los jugadores. Tienes la sensación amarga de que lo has tenido en la mano, de que sin dos o tres ayudas arbitrales en Gummersbach hubiéramos jugado para levantar cuatro o cinco goles y las cosas hubieran cambiado mucho. Hemos puesto contra las cuerdas a un rival poderoso y espero que le sirva al equipo para sentirse con mayor confianza».
Ruiz valoró el esfuerzo de sus jugadores. «En general han tenido carácter, corazón, grandísima defensa y hemos ganado al favorito para esta competición y para la Bundesliga».
Ayer en Artaleku el más triste era Antonio Cartón que después de ser expulsado pidió perdón a «los compañeros, la directiva y los aficionados, porque se me ha ido la cabeza en un momento clave». Cartón no quiso entrar a valorar la decisión arbitral y se limitó a entonar el mea culpa. Artaleku supo valorar el esfuerzo.