José Luis Pasarin Aristi - Escritor
Los tertulianos
Muchas veces escribir sobre temas cotidianos tal vez sea un acto de pura rutina o de narcisismo literario, porque casi todo está ya más que dicho, pero es que aquí, en este misterioso cubil palabrero e hipotéticamente sensato, es donde a éste que escribe le queda el retintín de la duda, de que uno mismo también es un tonto dentro del valle de los tontos, tontos o descerebrados que se llegan a tragar hasta las verdades lloriconas de cualquier personaje de una telenovela como dice bien un filósofo amigo mío.
La cuestión en duda no está en la imperfección del lenguaje ni en quien lo usa ni en las fantasías egotistas del profético tertuliano de turno frente al ojo del gran hermano, la cuestión está en el razonamiento fraudulento que se suele dar en medios que deberían ser serios, como palabra de dios, cuando se juega con los destinos de los pueblos y sobre todo los destinos de los ciudadanos.
Hace días en un programa televisivo, supuestamente abierto a todas las opiniones, con un talante aparen- temente moderno, demócrata y hasta europeísta los tertulianos en función, también con ribetes de demócratas y progresistas, hacían cantos a la paz y la convivencia democrática como un ejercicio de raciocinio político, y criticaban a la organización ETA, el paradigma de todos los males por sus actuaciones violentas contra algunas personas o enseres. La cuestión era bien sencilla: que desaparezcan las acciones armadas de toda índole porque todo tiene cabida en las democracias incluido el derecho a la autodeterminación del Pueblo Vasco en esta sociedad iluminada por la razón de los gobernantes de la Nueva Era.
Algunos medios de comunicación, en sus informativos, nos trasladan a la otra realidad, al estribillo truncado, cuando nos informan de todos los desarreglos injustos de los justos, de la disolución a palos de unos humildes jornaleros andaluces que se manifestaban pacíficamente para protestar por el nombramiento como Hija Predilecta de Andalucía dado a la terrateniente Duquesa de Alba por su ejemplar y honorífico comportamiento con Andalucía y sus vasallos. A continuación, un montón de muertos por los que en la práctica tenían que ser buenos demócratas en Palestina, y en otros pueblos no terroristas que para más INRI algunos no tienen ni para tomar agua. De regreso por las noticias, llegan hasta esta tierra, a casa, donde hay personas comprometidas con nuevos vientos de libertad que se dejan hasta la piel por un país mejor, más solidario, más justo y es aquí donde también se hace uso violento de la ley para reprimir en Gasteiz a militantes vascos o ciudadanos aterrorizados por las cargas policiales, que se manifestaban pacíficamente para recordar aquella otra violenta gran represión acontecida en un 3 de Marzo de hace treinta años contra miles de trabajadores gasteiztarras que se manifestaban también pacíficamente, con un saldo de cinco muertos y más de cien heridos, represión también para los que se manifestaban pacíficamente en Portugalete, en Santurtzi , y es que en este mundo, en este prototípico mundo de mercaderes, el lenguaje es ambiguo, a Gandi se le usa como quitamanchas de la conciencia, se vive a la inversa para aparentar mejor talante y luego reprimir las ideas democráticamente.
En este devenir del televidente, a renglón seguido uno se rompe casi la crisma contra los renglones impresos, al leer y luego escuchar que las buenas venturas dichas por los tertulianos, los sabelotodos o videntes de la política partícipes en el programa televisivo, no son otra cosa más que justificar el «chusco» de cada día vertiendo al éter cualquier noticia sin análisis previos y un canto pos-moderno a la paz de los corderos, pero sobre todo una gran mentira sacada de alguna chistera kafkiana y una loa al pito del burro (con perdón al burro).
Lo trágico, lo terrorífico es la manipulación de las buenas causas y ese miedo a la libertad del que hablaba Eric sFromm por parte de muchos gobernantes, y puede ser que venga por ese esperma melancólicamente imperial o posesivo de algunos genes traídos desde algunas perversas colonias de ultramar, que vaya usted a saber qué oscuros motivos tienen para que nuestro mundo siga así de políticamente absurdo y cruel. -
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