Propuesta de Egino
El “Documento de consenso sobre bases metodológicas para una mesa de partidos” que ultima la Mesa de Egino y cuyo «borrador final» publica hoy este diario contiene elementos que, a buen seguro, serán de utilidad en un futuro para los partidos políticos.Sin embargo, arrastra el inconveniente de ser un trabajo que tiene aspecto de ser más académico que de compromiso político. Da la impresión de ser un escrito teórico de los impulsores del proyecto al que los políticos invitados han introducido matizaciones. Esta labor, que en un tiempo pudo ser necesaria, estaría hoy ya desbordada por el hecho de que los partidos incluida Batasuna, que no participa de la experiencia de Egino mantienen relaciones directas entre ellos e incluso es posible que en sus acuerdos iniciales puedan ir más allá de lo que en 2004 se pudieron entender como límites insuperables por cada una de las partes y por ello se desecharon desde los primeros borradores para esta mesa. Probablemente guiados por la buena intención de facilitar el acuerdo entre diferentes, el documento de la Mesa de Egino obvia un cuestión fundamental que puede lastrar todo su trabajo. El escrito no define de forma explícita cuál es el problema básico al que debe buscar solución la mesa de partidos, por lo que éste se diluye en «nuestros problemas políticos y de convivencia», que lo mismo podrían servir para cualquier comunidad política. Cabe recordar que hasta la Mesa de Ajuria Enea reconoció la existencia de un conflicto político. En consonancia con esta carencia, el documento tampoco recoge propuestas o fórmulas para garantizar que lo que finalmente se acuerde en la mesa y sea refrendado por la ciudadanía resulte, como se pretende, plasmado en el ordenamiento vigente o modificado y respetado por los estados afectados. La no aceptación de la existencia de un conflicto que requiere una solución lleva también a partir de la base de crear dos mesas territoriales que ni siquiera se asegura que tengan un objetivo común. También es discutible el criterio de mayoría transversal que se propone, no tanto por el hecho comúnmente aceptado de que las nuevas reglas de juego deben tener el mayor consenso posible, sino por los mecanismos propuestos a partir de la consideración de que en Euskal Herria hay únicamente dos sensibilidades nacionales. Resulta discutible que la sensibilidad nacional que puede representar Batasuna sea la misma que tiene el PNV de Josu Jon Imaz, que en determinados aspectos podría incluso estar más cerca de algunas corrientes del PSE. La fórmula propuesta por la Mesa de Egino no evita que se puedan repetir los errores que se produjeron al inicio del ciclo estatutario y que no resolvieron el conflicto. -
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