GASTEIZ
Los participantes en la Mesa de Egino, «nueve políticos de diferentes sensibilidades invitados por Elkarri», tienen ultimado ya su “Documento de consenso sobre bases metodológicas para una mesa de partidos”. El «borrador final», al que ha tenido acceso GARA, está fechado el 1 de marzo. Aunque no se conoce cuándo está previsto hacerlo público, el texto recoge como fecha final del trabajo el 17 de marzo, víspera de la manifestación con la que se despide Elkarri y se recibe a la nueva organización que lo sustituya.En los trabajos de la mesa, que comenzaron en mayo de 2004, han participado Alberto Buen (PSE), Ginés Cervantes (IUN), Ina Etxeberria (PNV), Iñaki Aldekoa (Aralar), Javier Caño (EA), el recientemente fallecido José Luis Castejón (PSN), Julia Madrazo (EB), Mikel Armendariz (CDN) y Ramón Múgica (independiente cercano al PP). Las primeras conclusiones las hicieron públicas en mayo de 2005 y, según se afirma en el escrito, el pasado mes de noviembre los partidos que han apoyado los trabajos les pidieron que elaboraran un documento de consenso sobre las bases metodológicas de una mesa de partidos.
El documento está pensado para cuando los partidos decidan que se dan las condiciones políticas para poner en marcha sus conclusiones. Parte de que debe haber dos mesas, una en la Comunidad Autónoma Vasca y otra en la Comunidad Foral Navarra. En los criterios metodológicos consensuados se establece que ambas mesas «podrán mantener mecanismos de coordinación, especialmente en todas aquellas materias de interés común», por lo que cabe entender que en principio los trabajos de ambas son plenamente independientes y pueden abordar, incluso, cuestiones distintas.
La Mesa de Egino establece como premisas generales de las futuras mesas de partidos «el respeto a la vida« y «a todos los derechos humanos» tanto individuales como colectivos; la garantía del pluralismo, tanto político como en lo relativo a sentimientos de identidad nacional; y la aceptación de procedimientos exclusivamente políticos para la resolución de cuestiones políticas.
Acuerdo transversal
Además, los impulsores del documento establecen otra «premisa específica»: el compromiso de intentar alcanzar los acuerdos por unanimidad y, cuando esto no sea posible, apuestan por impulsar como fórmula «el criterio de mayoría transversal». Esto significa que para alcanzar acuerdos «no será suficiente una mayoría absoluta que reúna únicamente los apoyos de las fuerzas que representan una única sensibilidad nacional, sino que esa mayoría absoluta precisará el concurso de, al menos, una de las fuerzas más representativas de la otra sensibilidad nacional». Los criterios para establecer la representatividad de cada fuerza se acordarán entre los partidos.
Para que este concepto de mayoría trasversal no pueda ser utilizado como derecho a veto, se establece que en caso de bloqueo el equipo moderador presentará propuestas de desbloqueo. Si esto no permitiera superar los desacuerdos, se entiende que la mesa pierde su razón de ser. Se especifica textualmente que «el fracaso de la mesa y de la estrategia de consenso habilita una etapa distinta en la que la política vuelve al cauce habitual de juego de mayorías y alianzas, propio del sistema de democracia parlamentaria».
Sin embargo, en otro apartado del documento, se recoge la posibilidad de que «en caso de que los trabajos de la mesa se bloqueen por falta de un consenso suficiente, los partidos se comprometen a intentar acordar un mecanismo que permita conocer la voluntad de la ciudadanía sobre la cuestión o cuestiones objeto de desacuerdo».
Quizá este desajuste sea uno de los que deba ser corregido antes de elevar el borrador final a la categoría de documento definitivo.
Los integrantes de la Mesa de Egino distinguen tres etapas en «el proceso que va del conflicto a la paz». Una primera etapa es la de «la pre-conciliación», en la que el objetivo sería un acuerdo sobre respeto a los derechos humanos y la búsqueda de la humanización del conflicto.
Es en la segunda etapa, la denominada de conciliación, donde se contempla la búsqueda de acuerdos políticos con tres objetivos concretos.
Derechos históricos
El primero de estos objetivos sería «alcanzar un acuerdo de consensos básicos sobre las reglas de juego», que armonice «el respeto a la voluntad popular, el respeto al pluralismo, la capacidad de decidir y la obligación de pactar».El segundo objetivo sería lograr un acuerdo sobre el cambio o reforma del marco político y de convivencia. En este terreno apuestan por utilizar la vía de los derechos históricos.
El tercero, propiciar un acuerdo sobre las relaciones entre la CAV, Nafarroa y «los territorios vascos de Aquitania».
La última fase, según la Mesa de Egino, sería la de la reconciliación, «atendiendo a las necesidades de reparación del sufrimiento y de las víctimas, revisión crítica del pasado, perdón, prevención de nuevos conflictos destructivos y consolidación de la cultura de la paz».
En cuanto a los principios de la mesa de partidos, junto a los ya enunciados de no violencia, no exclusión, negociación y transversalidad, figura el de trabajar sin vetos, entendiendo que «todo proyecto que obtenga por medios democráticos una adhesión mayoritaria debe poder plasmarse en el ordenamiento vigente o mediante la modificación de éste.
Sin embargo, en ningún apartado se recogen las fórmulas que puedan llevar a los estados afectados por los acuerdos a reconocer esta realidad.
De hecho, abundando en esta posible carencia, cuando los firmantes del documento abordan sus diferencias en cuanto a la autodeterminación y sus potencial aplicación, señalan su acuerdo con el derecho de la ciudadanía a ser consultada «y a que su respuesta sea tenida en cuenta», lo que no implica que sea ni aceptada ni que su decisión resulte vinculantes para los estados.
Plenario y comisiones
El documento propone que trabajos de las mesas de partidos se dividan en sesiones plenarias y cinco comisiones de trabajo por cada uno de los objetivos a cumplir. Además, se contempla la creación de una comisión de procedimientos antes de la puesta en marcha de la mesa. También se recoge la necesidad de moderadores acordados e independientes. -