Se percibía interés entre los asistentes que el viernes a la tarde acudieron a la Cámara de Comercio e Industria de Baiona para escuchar en vivo y en directo la lectura que tres expertos, invitados por el Consejo de Desarrollo y el Consejo de Electos, iban a realizar sobre el diagnóstico preparado por el taller de «Economía, empleo y formación» dentro del marco del plan Euskal Herria 2020 que se está elaborando desde setiembre del pasado año.

El objetivo del ejercicio era que tres expertos en diferentes materias relacionadas, eso sí, con los objetivos del taller pero que no conocían la situación específica de Lapurdi, Nafarroa Behere y Zuberoa, expusieran las impresiones que el trabajo les había causado e hicieran sus «reflexiones y aportaciones pertinentes con una pizca de impertinencia si hiciese falta», tal como señaló Michel Veunac, que, junto a Bernard Darretche, ejerció de anfitrión.

Antes de las intervenciones, fueron presentados los principales elementos del análisis elaborado por los cuatro grupos de trabajo en los que está subdividido el taller y en los que han participado 118 personas de diferentes ámbitos.

EJERCICIO AL REVES

El primero de los expertos en intervenir fue Gilles Pennequin, alto funcionario del Ministerio de Fomento especialista en desarrollo sostenible. Avisó de que iba a efectuar «el ejercicio al revés» y pidió a la asistencia que fueran ellos quienes reflexionaran sobre su exposición para que lo tuvieran en cuenta cuando vayan a plantear las propuestas de actuación para los próximos años.

Apuntalado en su especialidad y desde una visión global de la situación planetaria, Pennequin pintó un escenario poco halagüeño para los próximos años:«Los próximos treinta años van a ser decisivos y condicionarán las futuras generaciones. Dependerá de cómo se hagan las cosas pero es preciso que lo tengáis presente a la hora de plantear el desarrollo de vuestro territorio».

Anunció las consecuencias «reales, ya que se apoyan sobre datos y hechos objetivos» que se prevén debido, entre otros, al calentamiento del planeta y a la desaparición de las energías fósiles y que, en su opinión, habrá que tomar en cuenta en la estrategia de desarrollo a seguir, anticipando, entre otros, los fenómenos ligados al agua (sequías, inundaciones), a los cambios de paisaje (elemento clave en el desarrollo del turismo)... «Resumiendo, hay que limitar al máximo la vulnerabilidad del territorio», dijo.

Pierre Veltz, el segundo de los ponentes, no se explayó tanto. Este profesor de la Escuela Nacional de Caminos y Puentes, tras alabar «el dinamismo del País Vasco, que ratifica que en Europa los pequeños países con una identidad fuerte son, en general, los más dinámicos», advirtió del peligro que conlleva el uso y el abuso de lo que calificó de «economía de rentas en la que se puede convertir la vuestra sobre todo por el potencial de atractividad con que cuenta vuestro territorio».

EL CESTO DE LA ABUELA

Recomendó desembarazarse de la mala imagen que en la actualidad tiene la industria y «apostar por un tipo de industria que no tiene por qué ser pesada». Entre sus aportaciones, abogó por la diversidad económica:«Hay que seguir los consejos de la abuela y no poner todos los huevos en el mismo cesto».

El especialista en ciencias sociales Jacques Beauchard fue el último en intervenir y el que lo hizo de manera más filosófica y también más ambigüa. Desde su peculiar idea sobre la identidad, aconsejó considerar el territorio como «una ciudad-país desde una perspectiva transaccional que aglutinaría el espacio de la eurociudad Baiona-Donostia por lo que habría que contar con esta última y no acabar los mapas en la frontera». Para «inventar» ese espacio, se reveló en acérrimo defensor de «un instrumento excepcional como es internet».

El debate que siguió a cada intervención dejó translucir la complejidad de la tarea de planificar un territorio a años vista. Sea como fuere, se trataba de escuchar las aportaciones de los tres expertos que resumieron sus consejos en tres ideas fuerza: Veltz recomendó audacia, Pennequin previsión y anticipación y Beauchard identidad y creatividad. En manos de quienes detienen el poder decisorio queda, ahora, tomarlas o no en consideración. -

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