LOS ANGELES
En un artículo de opinión que publicaban ayer “Los Angeles Times” y el diario financiero internacional con sede en Londres “The Financial Times”, Albright opina que «el gobierno radical (de Irán) ha sido enormemente fortalecido por la invasión de Irak».Sobre Irak, Albright llega a afirmar que «los funcionarios (estadounidenses) en la línea del frente saben que no podrán lograr montar un gobierno que funcione en ese país sin el beneplácito implícito de Irán». Se trata de una «tragedia en vez de una estrategia, lo que refleja el planteamiento maniqueo de esta administración respecto al mundo», escribe Albright, quien apuesta por una política exterior más realista y pragmática, y menos ideológica.
La que fuera secretaria de Estado en el segundo mandato del presidente Clinton (1997-2001) ofrece tres «sugerencias» a la Administración actual, «pese a que no se le conoce por atender los consejos». El primero es que EEUU reconozca que ya no controla los acontecimientos en Irak, donde se vive «una guerra de bandas armadas» enfrentadas entre sí, y que se conforme con actuar como «árbitro» entre éstas, en vez de intentar construir la democracia o «poner fin a la tiranía en el mundo».
También le sugiere que EEUU repudie cualquier proyecto para un «cambio de régimen» en Teherán, «no porque el régimen no deba ser cambiado, sino porque el respaldo de ese objetivo por parte de EEUU hace menos probable que sea alcanzado», ya que «nada fortalece un gobierno radical más que el antagonismo de Washington».
Por último, Albright aconseja que EEUU, en vez de seguir con una política unilateralista en Oriente Medio, entre en la «partida de póker» que se juega en la zona.
En Irak, las partes enfrentadas daban la razón a la ex secretaria de Estado con una nueva jornada trágica. Al menos 29 personas murieron ayer y otras 30 resultaron heridas en distintos ataques y atentados registrados, según la Policía iraquí. En el atentado más sangriento fallecieron 5 iraquíes y 17 resultaron heridos al explotar una bomba junto a la mezquita suní a la que habían acudido a rezar en la ciudad de Diyala. 12 cadáveres fueron hallados en distintos barrios de Bagdad.