Primero las bases y luego los plazos
La primera jornada del alto el fuego permanente declarado por ETA fue pr�diga en pronunciamientos y permiti� esbozar algunos compromisos que tendr�n que tomar forma en el futuro. Reforzado por la bendici�n recibida durante el Consejo de primavera de los Veinticinco, el presidente espa�ol, Jos� Luis Rodr�guez Zapatero, dio un paso m�s all� de las declaraciones de cautela y prudencia. El jefe del Ejecutivo anunci� su intenci�n de acudir, antes del verano, al Congreso de los Diputados para solicitar la autorizaci�n del legislativo espa�ol para abrir de forma oficial la negociaci�n con ETA. El escenario elegido para ese anuncio, el de la sede oficial comunitaria en Bruselas, no es casual, y viene a corroborar la importancia de una colaboraci�n activa de las instituciones europeas en el proceso de resoluci�n. En tanto que comunidad integrada por estados, la posici�n de Bruselas se ha limitado hasta la fecha a respaldar la posici�n de los sucesivos gobiernos espa�oles, optaran estos por la v�a exclusivamente represiva o, como se perfila ahora, por una soluci�n dialogada. Siempre dejando en manos de Madrid la elecci�n y la gesti�n de los m�todos. Ese principio de �no intromisi�n� que ha derivado en una permisibidad hacia circunstancias tan graves como la ilegalizaci�n de formaciones pol�ticas, el cierre de diarios y la permanente violaci�n de los derechos de los detenidos y de las personas presas se demuestra caduco a la hora de abordar una coyuntura de resoluci�n. De ah� que desde la �nica instancia comunitaria sujeta al sufragio de los ciudadanos, como es el Parlamento Europeo, se abran v�as de una mayor implicaci�n, como lo demuestra la puesta en marcha del grupo de apoyo al proceso. En la nueva coyuntura abierta con el alto el fuego permanente de ETA, es de esperar que de las muestras de satisfacci�n y de las felicitaciones se pase a un estadio de compromisos que, en otros conflictos, como el irland�s, sirvieron para respaldar el proceso. Por el momento, corresponde a Zapatero andar el camino en el carril ETA-Gobierno espa�ol, sin que ello imponga un comp�s de espera en la escena vasca, como el sugerido por algunos dirigentes del PNV, pero tampoco el salir a la palestra con anuncios de mesas que no garantizan la presencia de todos los agentes de todo el pa�s. Sin premuras pero sin dilaciones innecesarias, lo prioritario es poner bases s�lidas para el di�logo. Y a continuaci�n, mirar al calendario. -
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