Un tribunal de Japón ordena el cierre de un reactor nuclear por seguridad
Un tribunal de Kanazawa ha dado la razón a un colectivo de ciudadanos que denunció el emplazamiento del segundo mayor reactor nuclear de Japón, y ha ordenado su cierre. Un comité gubernamental ya había advertido de que podía ocurrir un terremoto de 7,6 grados en la escala de Richter. La empresa que gestiona el reactor, Hokuriku Electric Power, recurrirá la sentencia, ya que lo considera una fuente imprescindible para suministrar electricidad estable.
GASTEIZ
El Tribunal Provincial de Kanazawa, al noroeste de Japón, ordenó ayer el cierre del segundo mayor reactor nuclear del país, operado por la compañía Hokuriku Electric Power, debido al peligro que puede entrañar para la población. La Corte dio la razón a un colectivo de ciudadanos que denunció el emplazamiento del reactor, instalado cerca de la falla de Ochigata, donde un comité gubernamental japonés advirtió de que puede producirse un terremoto de una magnitud de 7,6 grados en la escala de Richter. El reactor avanzado de agua en ebullición de 1.358 megavatios, el número 55 de Japón y el segundo mayor en cuanto a producción, está en operación desde el pasado 15 de marzo. El colectivo social, que está formado por un total de 135 denunciantes procedentes de 17 provincias japonesas, también denunció que el reactor fue construido con la normativa antisísmica que el Gobierno estableció hace 20 años. La empresa Hokuriku Electric Power ya ha anunciado que
recurrirá la sentencia, porque asegura que había adoptado las medidas necesarias de seguridad en el funcionamiento de un reactor, que considera como una fuente de energía imprescindible para que la compañía pueda asegurar un suministro de electricidad estable. Los denunciantes, sin embargo, sostienen que la región de Hokuriku puede prescindir de ese reactor nuclear porque no tiene problemas de abastecimiento de energía.
Un año de funcionamiento
La compañía eléctrica comenzó su construcción el 27 de agosto de 1999, y cuatro días después el citado colectivo interpuso una denuncia ante el Tribunal Provincial de Kanazawa para solicitar la suspensión de la edificación del reactor. Hokuriku Electric, no obstante, pudo finalizar la construcción y comenzó las pruebas el 26 de abril de 2005, lo que llevó al grupo de ciudadanos a presentar un nueva denuncia en mayo para que detuviera sus operaciones.La reacción a esta sentencia judicial no se hizo esperar en Euskal Herria. Para Alberto Frías, integrante de la Iniciativa “Araba sin Garoña”, esta noticia invita a «reflexionar». Señaló que «al contrario de lo que está sucediendo aquí, donde el delito ambiental es prácticamente inexistente», ese tribunal japonés «se preocupa por la voluntad de la ciudadanía». Recordó que este mes de abril se cumplen 20 años del accidente de Chernobyl y que Zorita, la central nuclear «gemela» de Garoña, dejará de funcionar. Ante este cúmulo de noticias, Frías consideró que «parece que no existe mayor vía» para que la voluntad popular sea respetada. Es decir, que la central nuclear de Garoña cierre sus puertas. «No queda sino congratularnos de que en otros sitios del mundo haya canales, bien sean políticos o judiciales, para que las inquietudes de la población sean respetadas», concluyó.
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