Belén Martínez - Analista Social
En paz y libertad
Un día reivindiqué la pedagogía de la esperanza. Hoy, también. Hemos conocido períodos de confrontación, de encuentros y desencuentros, de posibilidades de acuerdo, de desacuerdos, de rupturas, de violencias cíclicas: tiempos y espacios, vivencias y sinvivires acompañados de sus respectivos discursos que han ido atravesando la realidad. No obstante, somos muchas las personas que, a pesar del miedo, las incertidumbres y las frustraciones generadas por las situaciones anteriormente descritas, seguimos apostando por una (re)solución dialogada del conflicto, incluso habiendo experimentado una extraña paradoja, fruto de tensiones, resistencias y violencias desmovilizadoras y desmotivadoras, en ocasiones.
Vivimos un contexto socio-histórico particular y creo que es necesario adaptar el lenguaje a la nueva situación, huyendo de esquemas del pasado y adoptando nuevas reglas para una gramática del dialogo, donde la lógica militar de la imposición ceda paso definitivamente al diálogo pedagógico y a la negociación. Esto significa sustituir el lenguaje de la confrontación y el distanciamiento por el del acercamiento y la cooperación: deconstruir los viejos discursos del «enemigo» y construir un diálogo entre adversarios políticos (mañana pueden convertirse en «amigos»). A mi juicio, es preciso cuestionar las formulaciones y los actos discursivos sobre «el enemigo» (hoy en día fijados en imprecisiones e indefiniciones jurídicas). Por ello, pienso que deberíamos dejar de hablar del «mundo de Batasuna», como si las personas que se identifican con esa opción política estuvieran fuera de nuestra órbita social. A través del lenguaje y del poder de la representación, el deseo de paz y justicia se construye día a día, verbalizándose a través del discurso.
La resolución del conflicto es una actividad colectiva; una tarea que afecta a toda la sociedad. «Cada uno de los hombres y mujeres que aquí vivimos y trabajamos tenemos el derecho y el deber de hacer este camino juntos», dice la Declaración Institucional del Consejo de Gobierno de Lakua. El presidente español expresó su plena confianza en la sociedad vasca «como impulsora esencial para ver el fin de la violencia». Comparto ambos puntos de vista contrarios a la apropiación y a la posesión del proceso por parte de las fuerzas políticas, puesto que el acuerdo no es patrimonio de nadie en particular, es un bien común. -
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