Zuloaga explica que «Piztu» era un marco de reflexión para los organismos sociales
Siguiendo la tesis del fiscal, Mikel Zuloaga sería el autor de «la estrategia de desobediencia civil de ETA». Este imputado explicó ayer que, muy al contrario, su documento «Piztu Euskal Herria» fue elaborado como marco de reflexión para los organismos sociales vascos y que lo escribió por propia iniciativa y con vocación de recibir aportaciones.
MADRID
La Fiscalía de la Audiencia Nacional española sostiene, siguiendo la tesis del juez Baltasar Garzón, que el documento «Piztu Euskal Herria» es un texto que contiene «el proyecto de ETA para la desobediencia civil», estrategia cuya implementación atribuye a la Fundación Joxemi Zumalabe. Sobre esta Fundación afirma, asimismo, que es la sucesora de Abertzale Sozialista Komiteak (ASK) y la liga directamente con la organización armada.En su declaración de ayer, Mikel Zuloaga salió al paso de esta argumentación y rechazó que la Fundación Joxemi Zumalabe tuviera nada que ver en la elaboración de este documento, que fue escrito por él «de puño y letra», negando a su vez que hubiera sido ideado por ETA. Zuloaga explicó ante la Sala que escribió «Piztu» con el objetivo de que fuera «un marco de reflexión abierto» dirigido a los organismos sociales y colectivos de Euskal Herria, que buscaba la aportación de cada uno de estos grupos y que giraba en torno a la desobediencia civil como estrategia para la consecución de un proyecto nacional. «Una fórmula de resistencia, pensando más en la micropolítica que en la macropo- lítica», relató.
«Maquillar un documento» Fue más allá en su explicación, y detalló cómo elaboró diferentes versiones de ese mismo texto a fin de que se adecuaran al carácter de cada organismo señaló que fueron muchos los que lo recibieron y a su ámbito de actuación. «Es difícil hacer un mismo ‘Piztu’ para Batasuna y para Cáritas», apuntó de forma gráfica.Entre los colectivos y grupos a los que Zuloaga remitió este documento no se encontraba ETA, y esta organización tampoco le ordenó que lo «maquillara» para su presentación pública en las jornadas que Herria Mugi organizó en el barrio donos- tiarra de Egia en mayo de 1999, según declaró a preguntas de su abogado José María Elosua. «Nadie te llama para que ‘maquilles’ un documento, nosotros no actuamos así, las cosas son más naturales», afirmó Zuloaga, quien agregó que sí presentó ese documento en las jornadas organizadas por Herria Mugi realmente fue Begoña Ugarte la encargada de hacerlo, ya que ella lo tradujo al euskara pero sin variar su contenido y siguiendo la invitación de los organizadores de aquella cita.
«Una teoría perversa»
Durante su intervención, en la que sólo respondió a las preguntas de su letrado, Zuloaga aseguró no dar crédito a las imputaciones de la parte acusatoria y rechazó haber tenido relación con ETA. «Que no somos de ETA lo sabe todo el mundo», afirmó dirigiéndose al tribunal, y añadió que «el mismo Patxi López, secretario general del PSE, lo ratificó en una entrevista, el escritor Bernardo Atxaga dijo en una charla que ponía la mano en el fuego por nosotros y el consejero de Justicia del Gobierno Vasco, Joseba Azkarraga, dijo que éste era un juicio político». Apuntó, en esta línea, que «no hay ninguna prueba que me vincule a mí con ETA, y los únicos que parece que no se han enterado son la Policía, el fiscal y el juez Garzón. Tiene que haber algún motivo para esto». A su parecer, la teoría del «entorno», lanzada por el titular del Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, Baltasar Gar- zón, y que está en la base de este sumario «es una teoría perversa», en base a la cual «se dibuja una línea, que nadie sabe cuándo se cruza y cuándo estás en un lado o en otro». Una línea roja que «se ensancha o se estrecha según los intereses políticos de cada momento». Zuloaga, que cuando fue detenido por orden de Garzón no formaba parte de la Fundación Joxemi Zumalabe, acusó al Estado español de «desbaratar movimientos que eran totalmente pacíficos». Declaró, asimismo, que «si vuelvo a la Audiencia Nacional, espero que sea por haber practicado la desobediencia civil, ya que no me dieron tiempo siquiera de practicarla».
«Algún día aquí también tendrá que haber una comisión de la verdad»
Mikel Zuloaga elaboró el documento «Piztu Euskal Herria» en el marco de su labor como integrante de Santi Brouard Taldea, un grupo de reflexión que, según explicó durante su intervención, se ha dedicado desde su formación a organizar conferencias, mesas redondas y seminarios sobre la historia y la realidad social de Euskal Herria. Un colectivo que tomó el nombre del histórico dirigente abertzale muerto en una acción de guerra sucia y ante el que presentó por vez primera el documento por el que las acusaciones le piden diez años de prisión por «colaboración» con ETA. Rememoró ante el tribunal quién era Brouard, al que calificó de «víctima del terrorismo», y destacó que «todos sabíamos quiénes habían sido sus asesinos, menos, según parece, los policías, el fiscal y los jueces». «Algún día, aquí también habrá que hacer una Comisión de la Verdad», agregó. -
«Quosque tandem» ante un sumario «kafkiano»
MADRID
Quosque tandem abutere, Catilina, patientia nostra? «¿Hasta cuándo, Catilina, vas a seguir abusando de nuestra paciencia?». Esta frase, utilizada a lo largo de la historia por artistas y escritores Jorge Oteiza escribió un inolvidable ensayo titulado con esas dos primeras palabras, fue tomada prestada para hacer una nueva denuncia de este sumario.
Lucio Sergio Catilina, gobernador romano en Africa de reconocido carácter golpista, pasó a convertirse en un ejemplo de tiranía, y la mencionada expresión fue de uso común en el Senado para denunciar la arbitrariedad de los gobernantes. Ayer, los encausados vistieron camisetas de diversos colores con el lema «Kafka. Quousque tandem». Con esta iniciativa pretendían denunciar un juicio que pocos dudan ya en calificar de kafkiano. Zuloaga pidió que se incorporara a las diligencias un ejemplar del “Proceso” del escritor bohemio. Otros ejemplares fueron repartidos entre los medios. La pregunta quedó grabada en la Sala: ¿hasta cuándo?
Quiso acudir a declarar, pero le detuvieron y le golpearon
MADRID Cuando Mikel Zuloaga se enteró de que la operación policial contra Joxemi Zumalabe llevaba como nombre «Itzali», en contraposición a su documento «Piztu», y que a los miembros de la Fundación les acusaban de haberlo elaborado como parte de «la estrategia de desobediencia civil de ETA», se dirigió a sus abogados a fin de arreglar ese desaguisado y explicar que él era el autor del texto y que éste no tenía relación con la organización armada. Los letrados enviaron un escrito a la Audiencia Nacional explicando que su defendido estaba dispuesto a comparecer ante el juez y, a petición del Juzgado, remitieron la dirección de su domicilio para que fuera citado. No lo hicieron, y una noche la Policía española entró violentamente en su domicilio y le detuvo, mientras tenía a su hija en brazos y con su esposa delante. Luego le golpearon y le amenazaron con los electrodos, que ya conocía de años antes. «Garzón buscaba una detención violenta, porque un miembro de ETA no va por su propio pie a la Audiencia», explicó.
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