La Galería Nacional del Retrato de Londres comenzó su rica colección, hace 150 años con el retrato de William Shakespeare y conmemora su aniversario con una muestra dedicada al gran dramaturgo, exposición que trata de ofrecer alguna pista sobre cómo era el escritor.En 1856, la galería londinense se presentó en sociedad con el “retrato de Chandos”, una imagen del que es considerado el mayor dramaturgo que ha existido y cuya auténtica apariencia física sigue siendo un misterio. «Es muy simbólico que el primer retrato de la colección no sea de un monarca, ni de un aristócrata», comenta el director de la galería, Sandy Nairne.
“Buscando a Shakespeare”, que puede visitarse hasta el 29 de mayo, es el resultado de más de tres años de trabajo y pretende ofrecer un conocimiento global sobre el bardo de Stratford-upon-Avon y encuadrarlo en su tiempo, según su comisaria, Tarnya Cooper.
Así, la muestra reúne desde algunos de los pocos objetos personales que se conservan de Shakespeare, expuestos por primera vez en público, hasta una selección de retratos del autor y de otros personajes de la agitada época isabelina, en la que floreció el teatro como no lo había hecho desde los trágicos griegos.
DOCUMENTOS
Entre los artículos que permiten conocer algo «sobre la vida ordinaria de un individuo extraordinario», como afirma Cooper, figura un registro parroquial de la iglesia de Stratford-upon-Avon, en el que están anotados el bautismo de los hijos del autor, las bodas de sus dos hijas, los entierros de sus padres y el suyo propio. Otro documento de gran valor es el acuerdo de su matrimonio con Anne Hathaway el 28 de noviembre de 1582, un documento en inglés y latín que revela los problemas que encontraron los novios para casarse, ya que ella estaba embarazada de tres meses.
Y su testamento, fechado el 25 de marzo de 1616, apenas un mes antes de morir, en el que Shakespeare dejó todas su propiedades inmobiliarias a su hija mayor, lo que no revela necesariamente favoritismo, ya que esa donación era esencial para que la familia mantuviese su recientemente adquirido estatus de alta burguesía.
El autor fue generoso con sus amigos, entre quienes repartió numerosos regalos, pero a su mujer, sin embargo, sólo le dejó en herencia una cama.
Pero siendo como es la galería un museo de retratos, en la exposición, que reúne también trajes, joyas, manuscritos y mapas de los siglos XVI y XVII, ocupan un lugar central las imágenes de Shakespeare.
La galería ha reunido los seis retratos que durante siglos han pretendido representar al escritor de “Hamlet” y, tras someterlos a una serie de exámenes con rayos X y otras pruebas científicas, ha concluido que tres de ellos fueron pintados en vida del autor.
Entre ellos está el “retrato de Chandos”, así llamado porque fue propiedad del conde del mismo nombre y que muestra a un Shakespeare en torno a los cuarenta años, con barba y un pendiente dorado.
La comisaria de la exposición explicó que aunque hay muchos indicios que lo sitúan como el más probable para representar a Shakespeare, «no hay pruebas concluyentes de la identidad del personaje retratado».
A su favor figura la coincidencia entre la edad del modelo y la que tendría el escritor cuando fue pintado el cuadro datado entre 1600 y 1610 y su procedencia, pues es obra de un actor amigo del dramaturgo. Sin embargo, como admitió Cooper, en el arte «no hay pruebas forenses». -